En la reedición de la final del año pasado, Kevin Anderson se tomó cumplida venganza sobre el francés Gilles Simon, vigente campeón, alcanzando su segunda final consecutiva en el ATP 250 de Pune (La India), primer torneo del 2019 y que reparte más de 500.000 dólares en premios, con una victoria por 6-3 y 7-6 (3) sobre el galo, tercer cabeza de serie del cuadro, en un encuentro que se fue hasta la hora y 48 minutos de juego. El potente servicio del número seis del mundo, 21 saques directos por uno del francés, fue decisivo en un choque en el que Simon dispuso de muchas más oportunidades al resto, pudiendo concretar solamente una de ellas.
Dos de dos para Anderson en bolas de rotura. Simon, en cambio, se quedó con una de diez
El resultado no reflejó en exceso la igualdad existente durante todo el partido. Anderson hacía gala de su mejor arma para frenar las acometidas de un Simon que se mostraba superior con la bola en juego. Pero este deporte no entiende de merecimientos. Simon tuvo una bola de 'break' en el primer set, bien salvada por el servicio de Anderson, que no perdonó cuando tuvo oportunidad. En el siempre clave octavo juego, el sudafricano conectó tres golpes ganadores para conseguir su primera rotura del partido, suficiente para poner el 6-3 en el marcador.
El comienzo del segundo set no hizo sino reafirmar lo visto en el primero. Simon era el que más oportunidades disponía, pero no lograba hacerlas efectivas. Tras salvar cuatro 'break points' nada más comenzar la manga, Anderson también aprovechó su primera opción al resto en este segundo parcial, estableciendo el 3-2 en el marcador. Pese a la desventaja y ciertos dolores en su muñeca derecha que lo obligaron a pedir la asistencia del fisioterapeuta, Simon no perdió la cara al partido y continuó buscando con ahínco su primer 'break' del encuentro. Su perseverancia tuvo premio cuando, a la octava opción, el revés de Anderson se quedaba en la red y permitía al tercer cabeza de serie empatar a cuatro el segundo set.
Parecía que cambiaban las tornas y Anderson se mostraba cada vez más tenso. Sin embargo, Simon no remató a su rival cuando más a tiro lo tenía y desperdició dos puntos de set antes de llegar al 'tie-break'. El galo volvió a adolecer de esa tan comentada falta de valentía cuando se pone por delante en el marcador y eso terminó siendo su tumba. Olvidados ya los momentos de presión que casi le cuestan tener que disputar un tercer set, Anderson volvió por sus fueros en el desempate, en el cual no dio opción para imponerse finalmente por 7-3.
De esta manera, el sudafricano ya iguala como mínimo su resultado del año pasado en este mismo evento y el sábado tendrá la oportunidad de comenzar el 2019 con un nuevo título, el que sería el sexto de su carrera. Para ello, deberá vencer la resistencia del 'Renacido' Ivo Karlovic quien, a sus casi 40 primaveras, volverá a disputar una final ATP tras deshacerse del belga Steve Darcis en la primera semifinal.