La tenista danesa Caroline Wozniacki jugó su último partido oficial el jueves 23 de enero en el Abierto de Australia. Ese día cayó por 5-7/6-3/5-7 frente la tunecina Ons Jabeur tras 2 horas y 10 minutos de reñida contienda.
Después de aquella derrota, hubo lágrimas, tristeza y otros sentimientos encontrados entre los aficionados presentes. Se trataba del último torneo en el campo del profesionalismo de una exponente y muy potente del tenis femenino. Ganadora de 30 títulos WTA, entre ellos el Abierto de Australia, su respetable carrera conoció de 854 juegos, el récord de 598 victorias y 256 derrotas.
Wozniacki, de 29 años, decidió retirarse por culpa de una artritis reumatoide, lesión crónica que afectaba notablemente su rendimiento y limitaba su resto físico durante los partidos.
La danesa tenía en mente organizar una gran fiesta en su país natal. Su plan inicial no podía ser mejor, ya que obtuvo la aceptación de la estadounidense Serena Williams para confraternizar durante un encuentro de exhibición en el Roya Arena de Copenhague.
Para el 18 de mayo estaba marcada la exhibición entre la estadounidense y ganadora de 23 'Grand Slams' y la danesa en la pista del Roya Arena de Copenhague.
El avance a nivel mundial del contagioso nuevo coronavirus hizo que los planes iniciales se posterguen y todavía no hay fecha para la fiesta del adiós. De hecho, tanto en Estados Unidos como en Dinamarca la pandemia sigue avanzando, incluso está lejos de controlarse en el país de Serena Williams.
Caroline confirmó en sus redes sociales que “la presencia del coronavirus en todo el mundo obliga a posponer el duelo a otra fecha”.
Desafiante inactividad
Como todos los tenistas, la inactividad por la cuarentena a nivel mundial representa todo un desafío. Por ahora, Caroline Wozniacki entrena “a medias” para no perder la forma y ocupó su tiempo de ocio realizando publicaciones más seguidas en sus cuentas de redes sociales.