Como se apunta en la entradilla, el tenista helvético ha ido de menos a más en este recién finalizado, en lo que a la actividad tenística se refiere, 2015. Tras un mal inicio de la temporada, con problemas físicos y con un tenis dubitativo, el de Basilea tocó "fondo" a las primeras de cambio en el Open de Australia, cayendo en tercera ronda ante el italiano Andreas Seppi.

La segunda parte de la temporada, tras la introducción por parte del suizo de una serie de modificaciones en su tenis, fue mucho más productiva y Roger consiguió proclamarse campeón en el Masters 1000 de Cincinnati, tras una semana de tenis perfecta y derrotando en la final, nada más y nada menos, que al número uno del ránking ATP, el serbio Novak Djokovic.

Una primera parte de la temporada muy mala

Situado en la segunda posición del ránking ATP comenzó el bueno de Roger Federer una temporada que iba a ser especialmente difícil para él. A sus 33 años (aún no había cumplido los 34) el de Basilea comenzaba a notar que los años no pasan en balde y que  poco a poco, el tiempo estaba haciendo mella en su cuerpo y su físico.

Andreas Seppi eliminó a Federer en la tercera ronda del Open de Australia, primer 'Grande' del año

No arrancónada bien el año el helvético. Sobre todo tras lo visto en uno de sus torneos predilectos, el Open de Australia. Hasta en cuatro ocasiones (2004, 2006, 2007 y 2010) había logrado imponerse en el primer Grand Slam del año y desde 2003, no había perdido antes de las semifinales, hasta que llegó Andreas Seppi.

El italiano, con un partido casi perfecto, lograba batir al ex número uno del mundo por 6-4, 7-6 (7-5), 4-6 y 7-6 (7-5) en la pista del Rod Laver Arena. El número 46 del mundo podía con un Roger Federer al que se le vio cansado, con pies de plomo, lejos del nivel al que nos tiene acostumbrados. 

Una segunda parte interesante

Tras el fiasco en Australia, el tortazo en Roland Garros allá por el mes de junio, de su compatriota Stan Wawrinka (a la postre el campeón en el Abierto parisino) fue la gota que colmó el vaso. El cuatro del mundo, que nunca había batido a Roger, le asestó una puñalada definitiva en forma de 6-4, 6-3 y 7-6. Esta derrota sería el punto de inflexión para hacer recapacitar a Roger sobre la necesidad de cambiar su tenis. El pasar de un juego elaborado, a uno más directo, el ser más agresivo para que su físico, maltrecho en tierras galas, sufriera menos.

Tras caer en Roland Garros ante Wawrinka, Federer cambió radicalmente su tenis y se impuso en el Masters 1000 de Cincinnati

Y vaya si lo hizo. En Wimbledon, en parte gracias a la superficie, y en parte al cambio de mentalidad y en el juego de Federer, el helvético comenzó a practicar un juego mucho más directo. Con una gran confianza en el saque y volea con su servicio. Al resto, el de Basilea también se mostraba, punto a punto, totalmente desafiante.

Fruto de esta mejoría llegó la que ha sido, sin lugar a dudas, gran victoria esta temporada del número tres (en la actualidad) del mundo. Fue en Cincinnati. Uno tras otro, todos los tenistas que salieron a su paso fueron sucumbiendo ante el gran juego de un Federer que parecía el de siempre. Primero Roberto Bautista, después Kevin Anderson, tras el sudafricano fue Feliciano López pasando por Andy Murray y hasta llegar a un Novak Djokovic que no pudo plantar cara al suizo. Al final 7-6  y 6-3 para Roger e inyección de moral para un tenista que había acertado con el cambio en su juego.

Pocos títulos

El cuatro veces campeón del Open de Australia, una de Roland Garros, siete de Wimbledon y cinco del US Open, pese a esa mejoría anteriormente citada en la fase final de la temporada, no ha tenido un buen año en lo que a la consecución de títulos se refiere, dejando a un lado el Masters 1000 de Cincinnati que supuso el número 24 de esa índole para el de Basilea.

Este año, Federer ha logrado ganar en Brisbane, Dubai, Estambul, Halle, Basilea y Cincinnati

Además del torneo americano, Federer logró imponerse en Brisbane, Dubai, Estambul, Halle y en casa, en Basilea, en una final en la que venció a un Rafa Nadal que no tuvo su día, por 6-3, 7-5 y 6-3. El saque y volea de Roger minaron la moral a un tenista, el manacorí, que dio toda la guerra que pudo en un partido de dos horas que no dejó indiferente a nadie. Tres años y siete meses después, el helvético lograba imponerse al español.

Menos títulos esta temporada para el ex número uno del mundo, que sabe que poco a poco su llama se va apagando a consecuencia de la edad, pero que, como él mismo afirma, quiere exprimir al máximo su carrera para seguir dando las gracias a los millones de seguidores que tiene alrededor de todo el mundo.

La sombra de Novak Djokovic es alargada.

Si para Federer, el paso del tiempo corre en su contra debido a los 34 años que ostenta en la actualidad, todo lo contrario ocurre con Novak Djokovic. A sus 28 primaveras, el serbio ha alcanzado en estos dos últimos años su madurez tenística, ofrece algo nuevo en cada partido y crece día a día. La diferencia en el ránking ATP, en lo que a los puntos se refiere, con el dos del mundo es significativa.

La sombra de ‘Nole’ es alargada en la actualidad, no solo para el suizo, sino para el resto de tenistas que tienen que recoger las migajas que deja un jugador, el de Belgrado, tirano, que amenaza la próxima temporada con continuar ampliando su imperio. Pese a esto, y hablando del tema que nos atañe, 'Chapeau' por un Roger Federer que a su edad sigue deleitando al aficionado a este bello deporte con golpes de ensueño y con un tenis de quilates.

Fotografías: Zimbio.