La exigencia física y mental de un deporte como el tenis puede acabar hasta con el más fuerte. Pablo Carreño comprobó que ha de tomarse un descanso, y ha de hacerlo ya. La carga de partidos que acumula el joven español en 2016 es muy alta, y mucho más en la última parte del año. Por si esto fuera poco, Pablo es un habitual en la modalidad de dobles, por lo que ha de ser mucho más selectivo en los torneos que dispute.

Tras firmar una estupenda semana en Pekín, donde se proclamó campeón del torneo de dobles junto a Nadal y llegó a cuartos de final en el torneo individual, el asturiano quiso dar continuidad a su buen estado de forma en Shangai pero se topó con la cruda realidad. Por si esto fuera poco, Gilles Simon hizo un excelente partido que redujo al mínimo las opciones de victoria del español.

Simon fue mucho mejor

El veterano jugador galó leyó a las mil maravillas el partido. Hombre curtido en mil batallas, fue consciente de que era preciso erigirse en un muro inexpugnable de fondo de pista, meter siempre una bola y no asumir excesivo riesgos. El cansancio iría haciendo mella en Pablo Carreño, que se precipitó en la búsqueda del golpe ganador sin contar con los apoyos necesarios, debido a su lentitud de piernas.

El asturiano lo intentó con más corazón que cabeza, y pudo arrancar tres juegos en la segunda manga y salvar así el honor, algo que se antojaba complicado en un primer set en el que Gilles estuvo apabullante. Los errores se sucedieron del lado del español, que poco pudo hacer ante la versión más fiable del de Niza.

Toca descansar y pensar en nuevos retos antes de que acabe la temporada, mientras que Gilles Simon tendrá como rival en segunda ronda al chino Di Wu, gran sorpresa en lo que va de torneo ya que eliminó a Pablo Cuevas en primera ronda aprovechando la wildcard que le fue concedida.