Karolina Pliskova tenía prisa. No estaba dispuesta a soportar durante mucho tiempo los 35 grados a plena luz del sol en la Rod Laver Arena y a media mañana. Un infierno para cualquier jugador, pero unas condiciones más difíciles si cabe para la checa. 

En un momento en el que el tenis femenino no encuentra estabilidad por culpa de las lesiones que sufren las mejores jugadoras del mundo, el cuadro en este Abierto de Australia está muy abierto. Pero parece que Pliskova tiene algo que decir. Exenta de problemas físicos, en los últimos tiempos se está mostrando cada vez más regular. La checa fue finalista en el último Grand Slam disputado, el US Open 2016, donde estuvo a un solo set de ganar el torneo. Pero parece que quiere dar un paso más allá. Pliskova se medirá en la siguiente ronda a la rusa Blinkova, que proviene de la fase previaSe mantiene invicta en este inicio de año después de su título en Brisbane la primera semana del año, y tan solo ha cedido un set en seis partidos. Tan solo defiende una tercera ronda del año pasado y con las dudas que están dejando las cabezas de serie en esta primera ronda, Pliskova es una seria candidata a ganar la corona en Melbourne. 

Plantaba cara la tenista española en los primeros compases del encuentro y ganó su primer juego al servicio. Y lo hizo en blanco. Pero fue en espejismo, la de Vall d'Uxó no volvió a ganar un solo servicio. Pliskova se puso el mono de trabajo y con la agresividad que la caracteriza, se enchufó y fue sumando juegos hasta el 5-1. No obstante, cuando debía cerrar el set, cometió dos dobles faltas y dos errores de derecha y Sorribes rompió en blanco. Cerró la checa en el siguiente juego, también en blanco.

No ha sido el inicio de año soñado para Sara Sorribes ni mucho menos. En Shenzhen ganó tres juegos en su partido ante la tunecina Ons Jabeur. Y en el torneo de Hobart sumó los mismos juegos ante Veronica Cepede. Aquí no ha llegado a esa cifra incluso, aunque la rival era mucho más complicada. 

Pliskova se fue hasta los 26 winners, por tan solo seis de la española

El segundo set fue un vendaval de la número cinco del mundo. Sin dar opción al saque, ganando un 84% de los puntos cuando metía en pista su primer servicio, tampoco permitió juegos cuando restaba.