Grigor Dimitrov no deja de asombrar a propios y extraños. Tras hacerse con el título en su casa, en l torneo de Sofia, el búlgaro ha pasado a la siguiente ronda en Rotterdam tras vencer a Mischa Zverev en un bonito partido, con un marcador de 6-7(4), 6-2 y 6-4. El mismo jugador que otras temporadas bajaba los brazos ante las situaciones adversas, se sobrepuso a un set que se le escapó en el desempate para lograr la remontada y continuar con su impresionante racha.

Cada jugador saltó a la pista con sus armas. Mientras Dimitrov trataba de imponerse desde el fondo de la pista, endureciendo los intercambios y atacando con su saque, Zverev practicaba su clásico juego de red. Jugador de otra época, el alemán supone un soplo de aire fresco que aporta variedad al tenis mundial, por su estilo clásico y diferente al juego de fondo tan extendido hoy en día.

Zverev se llevó un set muy igualado

Dimitrov daba mayor sensación de solidez, tanto que dispuso de hasta tres bolas de rotura en el sexto juego, pero Mischa supo solventarlas y mantenerse en el parcial hasta el desempate, que siempre es bienvenido para un jugador de saque y volea como él. En el tie break, el alemán se mostró más valiente que Dimitrov, y logró llevarse la primera manga por un marcador de 7-6 (4).

Sin embargo, el búlgaro supo revertir la situación, y poco a poco empezó a encontrarse más cómodo en la pista, conectando al fin restos con intención a los pies del alemán. Ante un contrincante qu subía a la red incluso con su segundo saque, lograr ese tipo de restos era crucial.

Dimitrov no concedió bolas de break en los dos primeros setsAsí, Grigor avisó en el tercer juego con una bola de break, y logró sendas roturas en los dos siguientes juegos de resto, mostrándose inabordable con su servicio y moviendo a su rival por la pista. Acertó en sus decisiones el búlgaro, que se apuntó la segunda manga por 6-2 sin haber concedido ni una sola opción al resto a su rival en todo el partido.

Se llegaba así a un definitivo tercer set, en el que ambos contendientes afinaron sus armas y jugaron con todo lo que les quedaba. El primer zarpazo lo pegó Dimitrov, más atento al resto, que rompió en el quinto juego y sacó para marcharse con 4-2 en el marcador, pero Zverev no pensaba rendirse sin luchar. El germano jugó muy valiente, conectando restos profundos y subidas a la red, y logró un "contrabreak" inmediato.

Con todo a su favor, Mischa sacó para ponerse por delante, pero el set estaba en una fase loca y Dimitrov, lejos de acusar la decepción, volvió a restar a su mejor nivel para producir el tercer break consecutivo en el parcial. El búlgaro, que ha dado un gran salto adelante esta temporada en lo referente al aspecto mental y anímico, volvió a dar una lección de constancia y actitud para cerrar el partido por 6-7(4), 6-2 y 6-4, y ya está en la siguiente ronda. Solo queda la incógnita de si habrá alguien capaz de despertarlo de su sueño más dulce.