Luego de su gran actuación en el ATP 500 de Río de Janeiro llegando a semifinales, para el argentino es hasta ahora la victoria más importante de su carrera, la primera ante un TOP 20, previo a lo que será su debut en el cuadro principal de Roland Garros.
El australiano comenzó de buena manera, concentrado metiéndose en la cancha sobre el segundo saque del argentino y manteniendo su saque en cero. Tras un error no forzado de Kicker, logro el primer quiebre. Desde ese momento y hasta el final del set, quebró al argentino en set consecutivos, presionándolo sobre el revés, quedandose de forma rápida con primer set. Sin embargo, el argentino se recuperó en el segundo parcial, mantuvo su servicio y con un quiebre en el décimo juego logro quebrar y quedarse con un ajustado 6-4 llevando el partido al capítulo decisivo.
En el tercer set, se mostró la mejor versión de Nicolás y lo peor de Kyrgios, que incomprensiblemente empezó a jugar sin ganas, casi despectivamente y desde el cuarto juego en el que casi pierde su saque hasta el final del partido, fue todo del argentino. Kicker estuvo a la altura del partido, metido en el juego, sin tener problemas con su saque y aprovechando sus oportunidades de quiebre, siendo más preciso que el australiano, quien no paró de cometer errores.
Kyrgios tiene todo para ser el número uno del mundo, el gran problema del australiano es su actitud, lo que hizo en el último set fue una falta de respeto a su rival, al público que paga la entrada para ver el partido y a los mismos organizadores del torneo que lo llevan como la estrella. Nicolas Kicker ya está entre los ocho mejores del torneo francés y ahora se verá las caras con Nikoloz Basilashvili, vencedor de Andreas Seppi.