No gana. No empata. Solo pierde. Estamos hablando de Patronato, el conjunto paranaense que ya acumula ocho juegos sin conocer la victoria y tres partidos seguidos perdidos de local, lo cual hace creer que las chances de participar en una copa internacional están esfumadas y el futuro del técnico Rubén Darío Forestello estarían contados en el equipo de calle Grella.

Anoche el victimario fue Lanús, último campeón del fútbol argentino pero que en este certamen ha tenido un rendimiento bastante irregular. El juego comenzó parejo, con el Patrón presionando y dando buenos síntomas. Es más, las chances claras las tuvo el conjunto entrerriano pero no supo aprovecharlas pese a las falencias de la inexperta defensa del Granate.

Pero todo cambió rápidamente en el inicio del complemento, donde un penal innecesario de Abel Masuero hizo que el inoxidable José Sand pusiera 1 a 0 al conjunto visitante y las caras largas en los jugadores de Patronato. Pero pese a ello, el esfuerzo de los jugadores siguió haciéndose presente en todos los sectores pero una nueva desatención le costó caro al conjunto del Yagui Forestello. Un centro pasado en el que Iván Furios (con falto de fútbol debido a la larga inactividad en un campo de fútbol) se durmió y Lanús, con sus determinantes extremos lograran generar lo que fue un remate que se desvió en Pepe Sand para poner el 2 a 0 definitivo que deja mucho que hablar.

Mucho que hablar porque Patronato no hace malos planteamientos y le juega de igual a igual a todos sus rivales pero ya lleva ocho juegos donde no logra imponer su supremacía, ocho juegos donde casi ni ha convertido (salvo contra Olimpo de Bahía Blanca), ocho juegos donde en las pocas situaciones que le llegan le convierten. Hay mucho para trabajar y Forestello lo tendrá que hacer para reencausar el rumbo de un Patronato que está más complicado con el descenso.