Dicen que errar es humano y embocar es divino y Renzo Vera es la prueba viviente de este dicho popular. Si bien tuvo un marcado error de defensa que permitió convertir al Rojo, recuperó a lo largo del partido con más garra que antes, como queriendo enmendar sus equivocaciones. 

Supo coordinarse bastante bien con sus compañeros de línea, Nicolás Pantaleone y Walter Andrade, si bien hubo fallas graves a tener en cuenta por la nueva dirigencia técnica, la coordinación se notó sobretodo con los delanteros que supieron aprovechar los pases certeros del ex Unión de Santa Fe. 

Tanto él como la cancha explotaron cuando, en situación de penal, pudo romperle el arco a Martín Campaña, enmendando su escapada de pelota en el segundo tiempo, que permitió que la pelota escapara de las manos de Sebastián Bértoli. 

Vera pudo evitar muchas conversiones de la visita, aunque éstos no estuvieron muy lejos de realizar más goles en más oportunidades que el Rojinegro

Si bien Vera fue un salvavidas, tiene todavía mucho trabajo que realizar por delante, especialmente en conjunto con la defensa.

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