El torneo más importante del ascenso del fútbol argentino está al rojo vivo. Cuatro equipos separados por siete puntos cuando todavía quedan 21 en disputa. Y entre ellos, Tigre, que se armó para ser protagonista y, a pesar de irregularidades y partidos donde hizo todo para ganar y no lo logró, se mantiene firme y acechante.

El triunfo del fin de semana pasado ante Alvarado (1-0), con tanto de Lucas Blondel, fue un gran alivio para el equipo de Diego Martínez, que venía de perder dolorosamente ante Quilmes (1-2). Eso, y que aprovechó que el puntero de la Zona A, Almirante Brown, dejó puntos en el camino, al igualar 3-3 ante Gimnasia de Mendoza. Por lo tanto, las cosas van así, a falta de siete partidos para la culminación del campeonato antes de entrar a la zona de Reducido y finales por los dos lugares a la Liga Profesional 2022: Almirante lidera con 50 unidades, seguido de Tigre, con 46; pero no pierden pisada Quilmes (45) y San Martín de Tucumán (43). Más atrás, fuera de Reducido por ahora, están Gimnasia (41) y Belgrano (39).

El fixture que se le avecina al elenco de Zona Norte es de pura adrenalina: el sábado siguiente se medirá, en Caseros, ante Estudiantes de Buenos Aires (fecha 28). Luego, se enfrentará a Mitre (local), Atlanta (visitante), Chacarita (local), Nueva Chicago (visitante), Almirante Brown (local) y San Martín de Tucumán (visitante). Es decir que en las fechas finales, chocará ante rivales directos por el anhelado primer puesto, que no solo dará lugar a una final, sino que clasificará directamente a la semifinal del Reducido en caso de una derrota.

Asimismo, Tigre tendrá otros compromisos: el próximo 6 de octubre jugará ante Godoy Cruz en los cuartos de final de la Copa Argentina, buscando por primera vez en su historia legar a la semifinal de este certamen que, además de los premios económicos, es de sumo prestigio porque le dará al ganador un lugar en la Copa Libertadores 2022. Claro está, el principal objetivo tigrense sigue siendo el ascenso a Primera, pero no deja de ser una competencia interesante y que demostró que el equipo está para pelear cosas importantes.

Se siguen lamentando los puntos perdidos sobre la hora ante Temperley, la caída ante Quilmes (jugando con ventaja numérica), o los empates con sabor a derrota ante Atlanta y Chacarita. Sin embargo, en Victoria saben que siguen dependiendo de sí mismos (esperando además otro tropezón de La Fragata), pero que el margen se achicó y que en esta instancia solo sirve sumar de a tres, porque también hay que asegurar un lugar entre los cuatro primeros del grupo. Queda todo por resolverse en las próximas semanas, que serán sin dudas de muchas emociones.