El Mundial de Rusia 2018 ha dejado gratas sorpresas y sensaciones en las dos jornadas iniciales. Se han visto encuentros con resultados sorpresivos, situaciones en las que los llamados grandes y candidatos no han podido superar a selecciones “inferiores”, partidos en los que la competencia es realmente apretada. No obstante, en este Mundial se han visto pocos equipos con un despliegue futbolístico estético, lujoso y brillante. En líneas generales, ha sido un Mundial en el que lo táctico, el orden defensivo y el fútbol pragmático y reactivo le han ganado al lujo y a los equipos propositivos.
Para goce y deleite de los aficionados a este hermoso deporte, el partido entre España y Marruecos no tiene pinta de ser así. Dejando de lado los resultados finales, estos dos conjuntos han sido de los pocos equipos que han dado verdaderas exhibiciones de fútbol colectivo, fluido y ofensivo. Tanto el equipo europeo como el africano han tenido muchas dificultades en sus dos partidos iniciales, pero el buen trato de balón y la propuesta nunca han sido negociadas.
A pesar de lo opuesto de las realidades que viven el seleccionado español y el marroquí, el partido decisivo del Grupo B se antoja como uno de los duelos más atractivos de la jornada. Los dirigidos por Fernando Hierro buscarán sellar su pase a los octavos, mientras que el equipo de Hervé Renard intentará ganar su primer partido anotando su primer gol y dejar Rusia con el honor de haber desplegado un gran fútbol.
A confirmar el pase a octavos
El seleccionador español parece haber superado el momento de turbulencia que vivió en los días previos al torneo debido a la destitución de Julen Lopetegui tras haber firmado con el Real Madrid. El combinado ibérico ha conseguido cuatro puntos en dos partidos, dejando una brillante imagen en el empate a tres con Portugal y mostrando dificultades ante Irán a pesar de ser superior.
En su último encuentro, el equipo iraní se encerró en su propio campo jugando con una línea de seis defensores y con todos sus jugadores detrás de la línea del balón. De cualquier modo, España sacó casta y, de modo fortuito, logró anotar un gol y llevarse el partido. En ambos encuentros los españoles mostraron sus dotes técnicas, compitiendo con su estilo clásico y teniendo ocasiones de anotar más goles de los que hicieron.
Además del gran rendimiento colectivo, el equipo de Hierro ha tenido impecables actuaciones individuales con jugadores en un estado de forma envidiable. Dentro de ellos, sin duda, destacan los nombres propios de Diego Costa, Isco y la pareja de defensores centrales. El delantero del Atlético de Madrid es el goleador del equipo con tres anotaciones, un doblete que le marcó a los lusos y el tanto de la victoria contra Irán. Destaca su manera de involucrarse con Isco, quien es el conductor del juego de su selección ante el declive de Iniesta. Por su parte, el trabajo de Ramos y Pique ha sido solvente para España, manteniendo siempre el orden y siendo una protección para el portero De Gea que no pasa por su mejor momento.
Eliminados, pero ¿con consuelo?
Es imposible analizar a la selección de Marruecos sin mencionar el hecho de que están eliminados sin haber anotado ningún gol en los dos partidos que han disputado. Sin embargo, sería necio, y sobre todo injusto, no reconocerle a los leones del Atlas el brillante juego que han desplegado.
En su primer partido, los de Renard empezaron arrollando a Irán, pero poco a poco fueron siendo engullidos por el cerrojo defensivo de los asiáticos y cayeron en un mar de gente que les impidió anotar. Perdieron de manera desafortunada con un autogol en el tiempo adicional. En el segundo encuentro, Marruecos fue inmensamente superior al equipo de Fernando Santos, pero no tuvo el tino necesario para anotar y fue derrotado por la jerarquía de Cristiano Ronaldo.
La eliminación, seguramente, empaña todo lo que se pueda decir sobre el seleccionado marroquí, pero es de alabar el trabajo que Renard ha hecho con los africanos. Dejan una sensación más que grata a los ojos de los aficionados y dejan actuaciones individuales para enmarcar. El papel de Nordin Amrabat, Hakim Ziyech y de Benatia ha sido de lo mejor del equipo africano.
Antecedentes entre España y Marruecos
Las dos selecciones en cuestión se han enfrentado en dos oportunidades en toda la historia. Ambas fueron en el año 1961 cuando se tuvieron que ver las caras en un play-off que entregaba clasificación a la Copa del Mundo de 1962 en Chile. En aquella época el ganador de la zona de África jugaba un ida y vuelta con el equipo ganador del Grupo 9 de la UEFA.
En ese caso, los españoles y los marroquíes se enfrentaron primero en Casablanca y después en Madrid. Ambos partidos terminaron en victoria para el equipo español, la ida con un 0-1 y la vuelta con un 3-2. En aquel equipo español destacaba la presencia de jugadores de talla mundial como el gran Alfredo Di Stefano, Paco Gento o Ferenc Puskás. Un generación dorada que tendría su premio años más tarde cuando ganaron la Eurocopa de 1964.
Un árbitro asiático
La contienda estará dirigida por el árbitro uzbeko Ravshan Irmatov. El juez de 40 años pitará su segundo encuentro en el presente mundial, tras haber sido el árbitro de la goleada de Croacia 0-3 contra Argentina. Además, el juez estará cerrando una temporada en la que tuvo bajo su mando partidos de importancia como encuentros del Mundial de Clubes o de la Champions League de Asia.