El Día de Todos los Santos es una celebración solemne que, en la religión cristiana, sirve para que los vivos veneren a sus difuntos. Algo así tenía pinta de que iba a suceder este jueves en El Molinón.

Los aficionados rojiblancos, cansados de la última dinámica del equipo, ya no iban con la misma ilusión al feudo gijonés, y la estampa que dejaba el estadio era más como la de un cementerio que la de un lugar de encuentro para otros fines menos melancólicos.

Sin embargo, el Sporting quiso presentarles la mejor de sus sorpresas: su resurrección. Los hombres de Baraja, contra todo pronóstico, cuajaron un gran partido y lograron una cómoda victoria frente a un contrastado conjunto de Primera, como es la Sociedad Deportiva Eibar.

En un encuentro marcado por la vuelta de Sergio Álvarez y Calavera a la que fue su casa, el cuadro asturiano dominó el partido en su mayoría. Un gol de Djurdjevic y otro de Neftali, ambos en la segunda mitad, fueron suficiente bagaje para imponerse al conjunto armero y cosechar un buen resultado para la vuelta de estos Dieciseiavos enIpurúa.

De menos a más en la primera mitad

Con un inicio obstaculizado por la lesión de Calavera a los ocho minutos de juego, el Eibar quiso corresponder con su rol de favorito desde el principio. Los azulgranas, vestidos de verde en esta ocasión, no paraban de encarar la portería sportinguista, con el deseo de anotar un gol que les permitiera encarrilar el partido desde bien temprano.

Sin embargo, el trabajo defensivo del Sporting, que es de lo poco positivo que está demostrando este curso, imposibilitó cualquier intento que pudiera suponer el gol visitante.

Pablo Pérez, ayudando en defensa | Imagen: LaLiga
Pablo Pérez, ayudando en defensa | Imagen: LaLiga

Con el paso de los minutos, el cuadro local se animó y fue cogiendo más presencia en el partido. Aunque sin demasiada fortuna en los metros finales, el conjunto gijonés se acercaba con asiduidad hacia el área del equipo armero.

La falta de precisión se había convertido en el hándicap del encuentro. El Sporting quería el gol, pero no acababa de encontrar el camino para conseguirlo. Mientras, en el Eibar, se producía su segunda modificación obligada del choque, debida a la lesión de Ramis.

En el tramo final de estos primeros 45 minutos, los hombres de Baraja dispondrían de varias ocasiones claras para establecer el 1-0 antes del descanso. Djurdjevic, con un par de oportunidades, demostraría una vez más su falta de acierto de cara a portería desde que llegara a tierras gijonesas.

Primero, con un remate acrobático que bloqueó Riesgo como pudo, y después, con un remate desde el segundo palo muy forzado que no cogería portería. A su vez, Peybernes, también estaría a punto de lograr el gol con un remate desviado en un córner.

Vuelta a la carga en el segundo periodo

Tras el descanso, el esfuerzo sportinguista de la primera parte sería materializado a los pocos minutos de reanudarse el juego. Djurdjevic sería de nuevo protagonista, pero esta vez por hacer lo que mejor se le da, que es marcar goles.

En un balón perdido por Cucurella, que quiso despejar y dejó el esférico en su área, el ariete serbio aprovechó el error y lo hizo de lujo: control y, con toda la tranquilidad del mundo, definió a la perfección para batir a Riesgo. Después de dos meses de su aterrizaje en Sporting, Djurdjevic conseguía su primer gol con la elástica rojiblanca.

Hernán Santana no bajó el ritmo de trabajo en todo el encuentro | Imagen: LaLiga
Hernán Santana no bajó el ritmo de trabajo en todo el encuentro | Imagen: LaLiga

Un tanto previsible que certificaba en el marcador lo visto sobre el terreno de juego. El Eibar, tocado por las lesiones y el resultado momentáneo, resolvía como podía cada acercamiento de los gijoneses, que estaban desatados y querían el segundo cuanto antes. El Molinón vibraba como no lo había hecho este curso, recordándole este equipo al que cautivó a toda la parroquia rojiblanca hace no demasiadas temporadas. Un 'déjà vu', en toda regla.

En los compases finales del partido, el Eibar, que no estaba dispuesto a salir derrotado de este duelo, estiró un poco más sus líneas para generar más eficacia de cara a su juego ofensivo. Sin embargo, esto provocaría más huecos en la defensa, que serían penalizados con el segundo tanto de los locales.

En una jugada por la banda zurda protagonizada por las tres sustituciones del Sporting, Álvaro Jiménez cedería un balón para Nacho Méndez, quien lo devolvería para el remate de primeras de Neftali Manzambi en el interior del área. Segundo tanto del angoleño-suizo en partido oficial con el primer equipo sportinguista que, al igual que su compañero Djurdjevic, le dará confianza para sus próximas citas. Un 2-0 final que sabe a gloria para los gijoneses por la situación que está viviendo el equipo en Liga.