La lucha por el descenso siempre ha sido una batalla muy dura y hasta las últimas jornadas no se sabía que equipos iban a descender. Lo mismo está pasando esta temporada, pero con protagonistas inesperados.

El último clasificado es el Huesca con 18 puntos, hace un mes se le consideraba equipo de Segunda División, pero ha ganado dos partidos (uno de ellos 4-0 al Valladolid) y ha dejado claro que no se le pude dar por muerto. El siguiente equipo es el Villareal, se encuentra con 20 puntos y ha conseguido la friolera de 11 empates, tan solo ha ganado tres partidos. El equipo que cierra los puestos de descenso es el Rayo Vallecano con 23 puntos y seis victorias.

Fuera de los puestos de descenso, está el Girona con 24 puntos, tan solo uno más que el Rayo Vallecano, pero en el decimosexto puesto está el Celta con los mismos puntos que el Girona. En el puesto número 15 está el Real Valladolid con 26 puntos y el complicado calendario que tiene por delante (Barcelona, Betis, Espanyol y Madrid). Junto con el Athletic de Bilbao es el equipo que menos goles encaja de la zona de abajo.

Por encima del Valladolid están empatados a puntos, 27, el Levante y el Athletic, decimocuarto y decimotercero respectivamente. Más arriba en la tabla se encuentran el Espanyol, el Leganés, el Eibar, la Real Sociedad y el Betis; lo tremendamente fascinante es que entre el Betis (séptimo) y el Levante (decimocuarto) hay tan solo cinco puntos de diferencia; y del Athletic de Bilbao (decimotercero) y el Rayo Vallecano (decimoctavo, equipo que marca la línea de descenso) hay solo cuatro puntos de diferencia.

La zona baja de la clasificación es una auténtica olla a presión, ganar dos partidos seguidos te puede poner en mitad de tabla y si pierdes dos y tus perseguidores los ganan te pone en muchos apuros para salvarte, la clave: constancia.