Iago Aspas Juncal es un nombre que retumbará en las paredes de Balaídos hasta el final de sus días. El capitán celeste representa todos los valores de una afición que ama a Iago, tanto como él ama a su Celta. Su estatus de leyenda es una realidad, pero Aspas sigue siendo un futbolista fundamental para su equipo.
La historia de amor entre Aspas y Celta comenzó con una mentira piadosa. Un joven moañés de tan solo 8 años perseguía su sueño de jugar en el Celta, equipo que por aquel entonces solo aceptaba a niños mayores de 9. Iago realizó unas pruebas con el club, en las que mintió sobre su edad para poder entrar en la cantera celeste, y fue aceptado al instante. Su inocencia y amor por su equipo le hicieron sentirse culpable nada más llegar a casa. Por lo que decidió contárselo a sus padres, que llamaron al Celta para comunicar la verdadera edad del niño, pero al club no le importó lo más mínimo.
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Vital desde el principio
Aspas siguió evolucionando como futbolista. Desde una cesión en el Rápido de Bouzas hasta un breve paso por el filial, todo para llegar al primer equipo. Su debut llegó en Salamanca, pero realmente recordado es su estreno en Balaídos. El Celta recibía al Deportivo Alavés en una final por la permanencia en Segunda y por evitar una más que posible desaparición. A falta de media hora y con el partido atascado, Eusebio Sacristán decidió introducir a un joven canterano que destacaba en el filial celeste. De este modo, Iago Aspas se presentaba en sociedad ante su afición y lo haría de la mejor forma posible.
Tras 80 minutos sin goles, Aspas aprovechó un centro de Dani Abalo para poner por delante a los suyos, desatando la locura en Balaídos. La alegría le duró poco a los vigueses que verían como Juanjo empataba el partido y dejaba al Celta al borde del abismo. Pero casualidades del destino, el joven Iago volvería a aparecer cuando rozábamos el minuto 94. Aquel debut de Aspas en Balaídos fue una pequeña muestra de lo que sería la carrera del genio moañés, siempre salvando a su Celta.
A partir de aquel día, Aspas se convirtió en un referente para el Celta y su afición, consagrándose como uno de los mejores jugadores de la categoría. Tanto su evolución como la del equipo continuaba en ascenso y en 2012 llegó la ansiada promoción a Primera División. El Celta regresaba a la élite del fútbol español tras cinco campañas en la categoría de plata, y con Iago como principal abanderado.
La vuelta a LaLiga fue complicada, llegando a las dos últimas jornadas con solamente un 4,01% de posibilidades de permanecer en la categoría. Una victoria en Zorrilla permitió al equipo llegar con opciones a la última jornada, frente al Espanyol en Balaídos. El Celta venció gracias al recordado gol de Natxo Insa, lo que junto a la derrota del Deportivo ante la Real, significaba la permanencia del conjunto vigués. Tras aquel encuentro, Iago se despedía de su amado Balaídos con los deberes hechos y con su equipo en Primera. Pero aquel adiós se convertiría en un hasta luego.
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La vuelta a casa
En el verano de 2015, y tras un mal paso por Liverpool y Sevilla, Aspas regresaba a casa con un panorama muy distinto. Tras su marcha, el Celta consiguió dar un paso hacia adelante y se convirtió en un equipo asentado en mitad de tabla. Junto a Iago, el club olívico dio el salto definitivo, alcanzando semifinales de Copa y la histórica clasificación a Europa en esa misma temporada.
La vuelta a las competiciones europeas generó una gran expectación en Vigo, que se engalanó para las grandes noches europeas. Ajax, Panathinaikos, Lieja, Shakhtar, Krasnodar y Genk fueron los rivales que el Celta dejó por el camino hasta sus históricas semifinales. El sorteo emparejó al Celta, liderado por Iago Aspas, con el Manchester United de José Mourinho, en lo que fue una eliminatoria épica.
El Celta despertó repentinamente de su sueño europeo con un fallo sobre la hora de Guidetti, que privó a los gallegos de avanzar a su primera final continental. La temporada 2016/17 fue una campaña muy especial para Aspas y el Celta, ya que, además de la notable participación en la Europa League, el gallego registró sus mejores cifras goleadoras (26 G, 8A).
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Pulverizador de todos los registros
Aspas se ha convertido en el jugador más determinante de la historia del Celta de Vigo, y así lo dicen los datos. Ya es el futbolista con más partidos en su historia (483), superando a grandes leyendas del equipo como Hugo Mallo, Aleksandr Mostovoi o Gustavo López. Y es, con amplia diferencia, el máximo goleador de la historia del club, con 200 goles.
Iago ha seguido acumulando récords y cifras insólitas, siendo el futbolista con más trofeos Zarra (4), empatado con David Villa. Además, la influencia de Iago en el Celta va mucho más allá de los números. Un talento generacional que ha sido el salvador de su equipo en más de una ocasión. En el recuerdo de todos los celtistas quedará aquel partido ante el Villarreal, donde un recién recuperado Iago Aspas firmó un doblete para remontar el partido y evitar el hundimiento de su equipo. La imagen de Iago llorando tras el encuentro fue el fiel reflejo de una afición que celebraba emocionada la vuelta de su líder.
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El faro del Celta actual
A sus 36 años, Iago vive una temporada complicada tanto individual como colectivamente. El Celta de Rafa Benítez se encuentra a tan solo dos puntos del descenso y firmando sus peores cifras en décadas. La pobre campaña del conjunto vigués coincide con un bajón en el rendimiento de Iago, que presenta sus peores números desde su vuelta a Vigo. En 26 partidos, Aspas ha generado 10 goles (5G, 5A), lo que para otro futbolista serían datos fantásticos.
El no estar acertado de cara a puerta no quita que el Príncipe de las bateas sea el jugador más diferencial de toda la plantilla. Todas las jugadas de peligro pasan por Aspas y sus compañeros lo saben. De sus botas nace todo el fútbol ofensivo del Celta, posicionándose como el tercer futbolista de nuestra liga con más pases clave (65).
Por ello, Rafa Benítez y el Celta deben confiar en encontrar esa versión de Aspas, la del líder que necesitan para abandonar esta situación tan delicada. La permanencia del Celta pasa exclusivamente por los pies del '10' y dependerá del nivel de Iago. Como ocurrió en su debut ante el Alavés, como ocurrió ante el Espanyol, como ocurrió en 2019, como ocurrió en LaLiga de la pandemia, como ocurrió la campaña pasada auxiliado por Veiga, como ocurrió y ocurrirá siempre: Iago salvando a su Celta.