El Sevilla vence por razones al Atlético de Madrid. Un gol de N’Zonzi  sirve para hacer valer el buen partido hispalense y dejar al Atleti sin puntos por primera vez. Los de Simeone tuvieron que mostrar su versión más protectora ante el despliegue de los de Sampaoili.  El equipo rojiblanco no pudo aguantar más y el Sevilla aprovechó momento de debilidad y echó la puerta abajo. El Cholo y los suyos mostraron su lado más débil.

Sin remedio ante la velocidad de Sampaoli

El partido del domingo del Sanchez-Pizjuán enfrentó a dos locos del fútbol. Dos argentinos, dos estrategas, dos amantes del fútbol. Escuelas distintas. En un mismo tablero, distintos métodos de búsqueda.  El técnico sevillista, discípulo de Bielsa, es una gran vertiente de improvisación y recursos. El Atleti, adentrado en una nueva etapa mucho más ofensiva y dinámica, sufrió, tuvo que retroceder pero no supo taponar la erupción de juego sevillista.

El Atleti tuvo que pasar a defenderse ante el juego sevillista que le obligaba a taponar y acabó por perecer

El técnico local colocó tres centrales, junto a los, ya asentados, Mariano y Escudero en los carriles.  N’Zonzi como cobertura del equipo entero. Todocampista, muro y primer adalid atacante. Nasri y Vázquez como elaboradores, multiplicados. Vitolo para todo y Vietto en plan reivindicativo. Sampaoli ha hecho que esta  y todas las distribuciones funcionen añadiendo su sello de presión, juego colectivo, homogéneo y veloz. Veloz en la ejecución, veloz en el pase y veloz en el repliegue. Así fue.

El Atleti comenzó con el mismo vestido de los últimos partidos. Ofensivo, alegre, voraz, insistente, sin miedo. Dos atacantes en los interiores, Koke en el medio.  Comenzó bien, con un Gameiro motivado y aprovechando errores o huecos producidos en zona baja del Sevilla. No obstante tan solo fue el tiempo que tardó el Sevilla en entonarse, asentarse, afinar y comenzar a funcionar.

Juanfran y Filipe, armas ofensivas del Atleti, tuvieron que abortar sus ataques para centrarse en el juego defensivo

El Sevilla comenzó a sacar el balón jugado y frenó su foco negativo. Con dos laterales carrileros y la cobertura del central extra en trabajo defensivo, se vetó una de las armas más productivas del Atleti, los laterales. Hizo al Atleti no contar con la efectividad de Filipe ni Juanfran, que perdieron la batalla ofensiva, fueron obligados a retroceder, defender y ayudar a frenar los ataques masivos rivales.

El Sevilla buscó y consiguió la recuperación alta. El centro del campo y, sobre todo Koke, quedó anulado y el juego central no existió para el Atleti. Tan solo los huecos buscados por Griezmann bajando a recibir pudieron parecerse a una salida o inicio de jugada. El Atleti, entonces, comenzó a dudar, a asustarse y se vio vencido por el peso de juego del Sevilla. La zona intermedia, trampa en otras ocasiones para los rivales, fue el punto débil esta vez. Nasri, Vázquez, Vietto, Vitolo. El juego sevillista se iluminaba donde normalmente el Atleti apaga la luz.

El Sevilla con su velocidad en transiciones de todo tipo, la abundancia de efectivos en sus jugadas y su anulación rival creativa, anuló los de Simeone que no fueron capaces de frenar al equipo sevillista

Recuperación alta y obligación de juego de azar, transiciones rápidas defensa ataque, de lado a lado o de superación de líneas. Juego rápido, muy rápido. Masivos ataques y masivas ayudas. Siempre superioridad. El Sevilla dejó confuso al Atleti, le hizo dudar y anuló su eficacia defensiva más allá de las recuperaciones de Gabi. Sampaoli desarmó a Simeone y aprovechó su estado hipnótico al que le sometió.

El Atleti se desarmó, se descolocó y se hizo irreconocible en defensa y en ataque, si bien pudo mantener al Sevilla lejos del área, hecho que hizo que las ocasiones fueron escasas pese al buen uso de partido que realizó el equipo andaluz. Las ocasiones , realmente, no ejemplifican la victoria táctica del equipo sevillano ante un Atleti sorprendido.

Un día malo, sucesión de fatalidades

Fue un partido extraño. Pocas veces a Simeone se le escapan tantas cosas. Pocas veces le sorprenden y le salen tantas cosas mal. Mirando el lado externo, la piel del partido, el partido no fue para tanto caos: un duelo intenso en lo táctico, ante un gran entrenador y ante un gran equipo el cual tuvo menos ocasiones que el propio Atleti. Sin embargo, la realidad más interna, más sensitiva, fue la de un Atleti que sucumbió, que no pudo reponerse ni contrarrestar el buen hacer sevillista y que fue superado por la idea del equipo local.

La acción del gol, Koke, laterales, los cambios, la prueba del partido

El Sevilla se aprovechó, también, del catálogo de desgracias que se apoderaron, todas ellas, en este mismo encuentro. Demasiadas noticias futbolísticas negativas en un mismo encuentro y de tal importancia. A Simeone le "crecieron los enanos". Tuvo que defenderse del juego rival, y no fue capaz de acabar de frenar la sangría entre líneas. Simeone y su Atleti no están acostumbrados a perder ni a que le superen en el juego táctico o de ideas.

El Atleti contó con un invitado inesperado: el "mal día". El desgraciado asistente vino en masa y se fue extendiendo. No se recordaba un partido tan frio de Filipe o Juanfran desde hace mucho tiempo. Koke pegó el bajonazo, cayó en picado y pudo nutrir al equipo.  No se encontró y no le dejaron encontrarse. Varió su posición y acabó expulsado tras ver dos amarillas. La segunda demostró su frustración, su impotencia, su pérdida de concentración. Un calco del partido del equipo.  Anulados y desesperados ante la no ejecución.

La jugada del gol refleja el partido, donde el Atleti llegó tarde y estuvo descolocado ante la movilidad con y sin balón del Sevilla

El gol sevillista resume, en parte, también el partido del Atleti. Un saque de banda que significó una sucesión de buenos movimientos sevillistas y una sucesión de malos del equipo rojiblanco. Malas decisiones, dudas en la realización, descolocación ante el movimiento rival, siempre por detrás. Tiago no siguió marca, se llegó tarde a la peinada, Godín duda en la acción, Savic se queda a medias, los laterales no están, Gabi por detrás. Un gol que refleja un partido.

Para más inri, al Atleti no le funcionaron ni los cambios. Un aliado de Simeone, las variantes, esta vez no funcionaron. El primero de ellos buscaba el revulsivo ante la no funcionalidad de Correa, pero Gaitán no mejoró las prestaciones de su compatriota. El segundo, con urgencia, buscó el frenar el juego de tres cuartos rival. Tiago no lo consiguió. El último, cambio de cromo en la punta, que tampoco tuvo alteración alguna.

A Simeone no le salió nada, el Atleti fue vencido desde la ejecución de los planteamientos en un mal día. En principio fue, solo, un mal día.