Era un partido peligroso, 'trampa' para Víctor Sánchez. El Real Betis recibía en Heliópolis a Osasuna, un colista descolgado que lleva tiempo contando los minutos que le quedan en Primera División. No había prácticamente nada que ganar y sí mucho que perder, más aún ante la atenta mirada de la fiel afición verdiblanca. Los locales cumplieron a medias con su propósito. Cierto es que los puntos se quedaron en casa gracias a los tantos de Rafa Navarro y Rubén Castro pero la imagen sigue preocupando a la hinchada andaluza. Y es que los navarros plantaron cara. Tanta que si no llega a ser por la pegada sumada a los errores defensivos otro marcador se habría presenciado.
El canterano más feliz
No podía empezar mejor la película para el cuadro bético. Básicamente, porque en su primer acercamiento peligroso establecería el 1-0. El encargado fue un actor secundario criado en la cantera pero afianzado con los 'mayores'. Rafa Navarro pondría el primer tanto en el electrónico al batir por bajo a Sirigu. El Real Betis ya ganaba. Osasuna ya perdía. Y solo habían pasado escasos minutos. La zaga rojilla se había quedado clavada en la acción. Petar Vasiljevic no daba crédito.
La reacción de Osasuna tampoco se hacía esperar mucho más. Lo hizo gracias a Kodro que lanzaba desde media distancia pero el larguero repelía el esférico. Era el colmo del colista. Poco después, Sergio León ponía a prueba a Adán en busca del empate pero el arquero del Real Betis se mostraba seguro bajo palos. Hay que recordar que el '7' rojillo se formó en la cantera verdiblanca y existe la opción de que su regreso se produzca este mismo verano.
Adiós a la sequía
La mejor noticia para el Real Betis, más allá de la victoria, fue recuperar al hombre que seguramente le haya dado más en la última década. Su máximo goleador histórico. Rubén Castro haría el 2-0 tras marcharse de Sirigu y empujar la pelota a puerta vacía. Respiraba el delantero canario. Y también el cuadro de Víctor Sánchez, consciente de que los navarros lo estaban poniendo difícil.
La última del primer acto la tuvo Sanabria en sus botas. La mayor inversión del Real Betis en verano tuvo la goleada pero no acertaba a ejecutar ante la meta de Osasuna. Venía fino el ariete porque llevaba varias jornadas consecutivas viendo puerta -Málaga, Real Sociedad y Real Madrid- aunque este sábado no encontró el camino del gol. Lo más importante para un delantero.
Insistía Osasuna ya en esta segunda parte. De perdidos al río. Roberto Torres fue el primero que se acercaba a la meta de Adán con un potente disparo desde dentro del área que el portero del Real Betis tuvo que detener. Los de Petar Vasiljevic sabían que un tanto les metían de lleno en la lucha por los puntos. El destino parece claro pero, si hay que descender, que sea con el mayor honor del mundo. Como merece el escudo de un histórico del fútbol español.
Los andaluces también creían en su idea. Especialmente, con Rubén Castro. 'RC24' siempre está presente aunque parezca lo contrario en el campo y de sus botas pudo nacer el tercero. El cuero se marchaba cerquita de la meta defendida por el ex-sevillista Sirigu. Podía haber sido el doblete del canario. Esa fue la última que tuvo porque, poco después, Víctor Sánchez lo reemplazaba por Joaquín. Aplausos para el delantero y pitos para el entrenador madrileño por un cambio poco entendible.
La verdad es que, viendo que pasaban los minutos, Osasuna comenzaba a bajar los brazos poco a poco. De hecho, Sanabria estuvo a punto de firmar el tercer gol pero Sirigu tuvo que intervenir con éxito para salvar los muebles. No era la noche del paraguayo que estuvo cerca del gol en varias ocasiones. Parece ya recuperado totalmente de los problemas que ha ido arrastrando a lo largo del curso y debe ser un jugador clave en el tramo final de temporada. Más de futuro que de presente. Para eso se pagaron 7'5M€ por él.
Osasuna sí hizo gol en Sevilla. Lo marcaba Sergio León pero Álvarez Izquierdo, protagonista en La Coruña al decretar un dudoso penalti de Pezzella en el descuento, lo anulaba. Fue prácticamente lo último que ocurría en un choque ligeramente plácido para los verdiblancos, que vencieron pero no convencieron en exceso. Ganar jugando regular, perder jugando alegre... este deporte consiste en lo primero tratando de demostrar lo segundo. Esa mezcla de victoria más buen juego es el objetivo. Y es que este Real Betis tiene más puntos que sensaciones. El discurso de Miguel Torrecilla queda en el aire. Un tercio para salir de dudas.