Efectivo incuestionable en el lateral derecho rojiblanco. Las cualidades de Jordi Calavera han permitido al jugador catalán convertirse en una pieza fija en los sistemas de juego del conjunto gijonés. Cedido desde el mes de agosto por la SD Eibar, el defensa ilerdense ya conoce a la perfección la igualdad y la intensidad que caracterizan a la Segunda División, gracias a sus cesiones en el Nàstic de Tarragona y en el CD Lugo.

Un lateral veloz, con perspicacia por la banda, pero que, en varias ocasiones, paga su juventud con errores que penalizan gravemente al resto de sus compañeros. Sin embargo, en el balance de aciertos y errores, los resultados positivos se imponen con rotundidad. Una lesión le ha impedido estar disponible en los últimos encuentros del año, a excepción del partido contra el Granada, en el que llegó a tener sus minutos de juego en la segunda mitad, en sustitución de Juan Rodríguez, que ha ocupado la posición en las últimas tres jornadas.

A pesar de no comenzar su experiencia sportinguista como titular, sus prestaciones en la práctica del equipo, además de la ausencia médica de Lora, le han abierto las puertas al once inicial. Su debut como jugador rojiblanco no se efectuaría hasta la jornada 5, correspondiente al duelo que enfrentó al club asturiano contra el Numancia en Los Pajaritos, encuentro que finalizó con goleada soriana (3-0)

Hasta el momento, Calavera ha disputado 1.176 minutos repartidos en 14 partidos, una cifra que se impone sobre su rival para ocupar el lateral derecho, donde Lora no ha podido jugar ni un tercio de los minutos que su compañero. La imposición del catalán es evidente, aunque habrá que esperar que le deparará al jugador en 2018, ya que Baraja aún no ha dejado claras cuáles son sus intenciones para esa posición del campo.

Como buen defensa, su rendimiento para interrumpir el peligro de los contrarios ha sido notorio. En los 14 encuentros que ha disputado, el lateral rojiblanco ha dejado un balance de 65 intercepciones, entre las que un 89 % corresponden a recuperaciones, un 5,5 % a disparos bloqueados y el 5,5 % restante a meros despejes en situaciones comprometidas. Un registro que deduce una media superior a los cuatro balones interceptados por encuentro. Una capacidad para el corte que ha sido posible a través de su continua intensidad sobre el terreno de juego, aunque a veces un poco pasada de revoluciones.

De momento, suma cinco amonestaciones, una cantidad no demasiado elevada, pero que da muestra de su agresividad sobre el campo. A sus datos defensivos, cabe añadir su participación en la distribución del juego, sobre todo tras la recuperación. Una aportación que ya suma 438 pases, destacando su facilidad en los pases cortos, en los que posee un acierto del 65,3 %.

A pesar de ocupar una demarcación defensiva, su contribución no se aferra únicamente a las tareas de bloqueo y recuperación del esférico, sino que se compromete también con la parcela ofensiva del equipo. Sus internadas por la banda diestra, facilitadas por su velocidad y agilidad con y sin balón, le permiten ser una gran ayuda para la creación de peligro, ya sea a través de jugadas combinadas que acaban con una irrupción del jugador en el interior del área, o mediante acciones que desembocan en un centro desde la esquina en búsqueda de un rematador en el corazón del área.

Gracias a su iniciativa ofensiva han llegado varios tantos a favor de su equipo, a los que hay que sumar sus intentos de convertirse en protagonista, aunque sin acierto, ya que de los tres tiros que ha direccionado hacia la meta rival, ninguno de ellos ha sido premiado.