No pudo hacer buena el Almería la victoria cosechada en el Anxo Carro el pasado fin de semana. Ante un Huesca que, en líneas generales, fue superior y, a los puntos, mereció llevarse el triunfo, los rojiblancos no fueron capaces de pasar del empate, ni siquiera dar continuidad a un juego que funcionó a trompicones, pese a que en defensa los andaluces se encontraron más férreos que en otras ocasiones, con Joaquín y Ximo Navarro excelsos al corte y expeditivos en la salida de balón.

No obstante, el inicio de los locales no fue del todo malo y estos no tardaron en mostrar sus intenciones, que, a la postre, quedarían en nada. Los rojiblancos querían imponerse a su rival desde un principio y, para ello, presentaron el ataque por las bandas, con Puertas y Fidel, como principal credencial. Así llegarían sendos centros laterales a cargo de ambos futbolistas que anduvieron faltos de precisión.

Fue al borde del minuto diez cuando una jugada trenzada entre Pozo y Fidel, que no fue culminada por Quique González de manera óptima, ofreció a los aficionados indálicos la opción más clara del primer tramo del choque, algo a lo que respondieron los oscenses desperezándose con un Samu Sáiz sobre el que recaía todo el peligro de los suyos y que traía de cabeza al entramado defensivo almeriense.

Pero los locales no cejaban en su empeño de estrenar el luminoso y, alcanzada la media hora de juego, José Ángel Pozo dispuso de una oportunidad tras un pase entre líneas de Fidel, pero el disparo del malagueño fue desviado a córner por Sergio Herrera.

Abusaba el Almería del fútbol directo. Con pases en largo, los rojiblancos perseguían sobrepasar el entramado defensivo aragonés y llegar con celeridad a los hombres de la lanza de ataque, aunque ello requería andar con una precisión de cirujano, lo cual no siempre sucedió.

Así se alcanzó el final de los primeros 45 minutos, sin un dominador claro y con uno y otro equipo esperando un destello de lucidez de sus hombres más incisivos que no llegó.

A la vuelta de vestuarios, la producción ofensiva de los de Fran Fernández fue disminuyendo de forma progresiva en detrimento de un Huesca que se crecía y que bien pudo ponerse por delante en el marcador merced a sendas oportunidades en las botas de Vadillo y Samu Sáiz que se encontraron con la figura de un Casto que logró repelerlas.

Trataba el técnico local de cambiar el sino del partido dando entrada a  Corona en lugar de Pozo para dotar a su equipo de un mayor control del esférico que, en mayor o menor medida, se dio. Como añadido, introdujo también a Gaspar por un desfondado Antonio Puertas.

Pero el cansancio había hecho estragos entre los de rojo y blanco, acusando así la mala preparación física llevada a cabo durante el resto del curso bajo el mando de Fernando Soriano y su cuerpo técnico. En el lado opuesto se veía a un Huesca más entero, más trabajado y con las ideas más claras al que solo la falta de acierto le privó de terminar llevándose el gato al agua.

La entrada tardía de Kalu Uche, único hombre del banquillo que podría haber aportado cosas diferentes en ataque, no resultó ser fructífera para los intereses de los unionistas, que no dispararon ni una sola vez entre los tres palos en la segunda mitad.

Con todo ello, el partido concluyó con reparto de puntos entre un  Almería que no pudo hacer buena la victoria conseguida en Lugo y un Huesca que alarga su racha sin perder lejos de El Alcoraz, donde no cae desde el pasado mes de noviembre.

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