Indianápolis ganó, se puso 2-1 y avisó que pretende pelear el título de la división Sur de la AFC. Atlanta perdió, su récord quedó 1-2 y la imagen que dejó fue la de un equipo alejado de su mejor versión. Jugando así no se ven los playoffs en el futuro de los Falcons.

El juego inició muy bien para los locales que bajo la conducción de su mariscal Jacoby Brisset parecen extrañar cada vez menos a Andrew Luck. El ex suplente de los Patriots terminó con 28 pases completados en 37 intentos, 310 yardas por aire y dos touchdowns. Al medio tiempo su equipo ganaba por 20-3 y los Falcons eran una sombra de aquel equipo que jugar el SuperBowl hace nada más que dos temporadas. Todo el grupo de receptores, alas cerradas y wide receivers se vieron favorecidos por el juego de su mariscal que se ocupó de repartir pases a cada uno de ellos: Hilton (8) Doyle (4) Campbell (3) Ebron (3) Hines (3) Mack (2) y Pascal (2).

La segunda mitad trajo como inevitable el intento de remontada por parte de Atlanta. Dan Quinn salió a quemar sus naves y Matt Ryan encontró a Austin Hooper dos veces en zona de anotación para acercarse en el marcador y a falta de cuatro minutos en el último cuarto se conectó con Julio Jones para dejar el marcador 24-27. Sin embargo, no les alcanzaría para más y ese sería el resultado final. La defensiva de Atlanta continuó ausente del juego y los Colts manejaron el reloj en la última serie para llevarse el séptimo triunfo consecutivo en su casa.

En la semana 4 Atlanta recibirá en el SuperDome a Tennessee un rival divisional y la victoria es su única opción para conservar buenas expectativas en lo que resta de la temporada regular.

Por su parte Indianápolis volverá a jugar de local y buscará ratificar su buen momento ante unos alicaídos Raiders.