Ha habido tiempos mejores para la mediática jugadora danesa. La sequía de juego y resultados se prolonga más de un año, y amenaza con romper toda esperanza por redondear su carrera deportiva con un Grand Slam. 23 títulos en su palmarés y habiendo sido número uno del mundo, pero siempre le perseguirá el estigma de no haber rendido al nivel esperado en los torneos majors.

Desde 2015, esa crisis se ha trasladado a todos los eventos. Wozniacki no encuentra la manera de imponer su tenis, y se ha visto despojada de toda solidez de fondo de pista, incrementando sus problemas con la derecha. El inicio de 2016 ha sido igual de descorazonador, y solo en Auckland hizo amago de poder ganar un título. Busca en Monterrey las sensaciones que la devuelvan su grandeza y confianza perdidas.

Buen juego y magníficas sensaciones

Ante Govortsova, la danesa ha protagonizado uno de sus mejores partidos en lo que va de año. La bielorrusa es 83 del mundo y no está en su mejor momento, pero no se podía esperar el vendaval de tenis que se le vino encima. Wozniacki saltó a pista muy concentrada y decidida a resolver el encuentro por la vía rápida.

Gran nivel de juego con pocos altibajos por parte de Wozniacki

El primer set fue una auténtica exhibición de la jugadora danesa, que se mostró muy segura al servicio en todo momento, sin otorgar ni una sola pelota de break a su rival. En apenas media hora, Caroline tomó ventaja en el marcador y adquirió el rol de gran dominadora, jugando muy largo y haciendo gala de un gran dinamismo.

La relajación acudió a Wozniacki en los compases iniciales del segundo parcial. Al verse tan superior, la danesa bajó la intensidad de piernas y Govortsova tuvo algún escarceo al resto. Sin embargo, reaccionó con prontitud y volvió a tomar ventaja en el marcador. 6-1 6-2 finalizaba un encuentro que catapulta a Wozniacki a la segunda ronda. Allí espera la combativa Lucic-Baroni, que a buen seguro se lo pondrá más difícil a Caroline.