La temporada es muy larga y se puede hacer eterna. El inicio fulgurante de Roberto Bautista, con dos títulos en su haber (Auckland y Sofía) y muy buenas sensaciones en todos los eventos a los que acudía, puede estar pasando factura al castellonense, algo desgastado física y mentalmente. Es de los jugadores que más carga de partidos atesora a esta altura de año, con la friolera de 32 encuentros disputados. 

La tierra batida no está sentándole bien a Roberto, cuyas prestaciones han bajado. No solo lo demuestra así el accidente sufrido en el Conde de Godó, donde cayó ante Kachanov, sino su juego titubeante en Madrid donde Novak Djokovic le arrasó. Esta derrota contra Chardy puede ser un traspiés del que habrá de recuperarse rápidamente, para que no merme su confianza de cara a Roland Garros.

El español estuvo falto de chispa

Son muy pocas las derrotas de Bautista ante jugadores con peor ránking que el suyo. En este 2016, tan solo Coric, Baghdatis y Feliciano López, además del ya citado Kachanov, lograron sorprender al que aspira a entrar en el top-15 del circuito. El resto de los partidos perdidos por parte del español han sido frente a alguno de los diez mejores del mundo, lo que pone de manifiesto su gran año.

Es por ello por lo que esta derrota ante Chardy, duele y sorprende. Y es que Roberto no supo imponer su tenis, acusando una excesiva lentitud de la pista que fue propicia para los golpes liftados del francés. Chardy salió con mucha intensidad y enseguida comprobó que las piernas del castellonense no fluían con la velocidad y eficacia habituales.

La pérdida de oportunidades en la primera manga, condenó moralmente al español

Ambos jugadores se enfrascaron en un toma y daca que derivó en un intercambio de breaks. Tras dos roturas por parte de cada uno, la primera manga se encaminó inexorable al tiebreak. Allí, Bautista tuvo opciones pero no supo imponer su condición de favorito, dejando escaparse vivo al francés.

Fue un golpe moral para el español, que mantuvo el tipo gracias al servicio pero nunca se vio en disposición de romper el saque del francés. Chardy caminó seguro con el servicio y eso le permitió subir la intensidad cuando estaba al resto. Logró dar el zarpazo definitivo al partido en el décimo juego y condenar a Bautista a llegar a Roland Garros con ciertas dudas.