Lo que se vivió en la pista central de Melbourne Park este día 19 de enero será difícil de olvidar. El combate que libraron Denis Istomin y Novak Djokovic traspasó los límites que existen entre realidad y ficción. El uzbeko y el serbio se habían enfrentado en cinco ocasiones, y el resultado total de sets entre ambos era de doce a uno a favor de Djokovic. Además, el serbio jugó muy bien ante Verdasco en primera ronda y nadie se podía esperar lo que ocurrió.

Istomin venía jugando torneos Challenguer y ,seguramente, ni él mismo se creía que tenía alguna posibilidad de vencer al hombre que ha dominado el circuito. Pero según fue avanzando el partido, el uzbeko fue cogiendo confianza y acabo por practicar un juego que está muy por encima de su posición en la clasificación de la ATP. Principalmente, porque cuando la raqueta pesa más no se puso nervioso.

Istomin remontó un partido que parecía perdido

Desde el primer momento, el uzbeko demostró que estaba dispuesto a luchar por el partido. En un primer juego maratoniano, Djokovic salvó hasta seis pelotas de rotura en un ejercicio de supervivencia. Podía parecer que esto le acabaría pasando factura a Istomin, porque estas ocasiones perdidas ante los grandes tenistas suelen ser mortales de necesidad, pero siguió remando y le rompió el servicio al serbio que rápidamente se lo devolvió.

La igualdad imperante acabó en un desempate que tuvo opciones para ambos jugadores, y que sorprendentemente se llevó Istomin tras salvar dos puntos de set. La segunda manga fue nuevamente bastante igualada. Ambos jugadores mantenían su saque con cierta facilidad, pero Djokovic tuvo que salvar dos nuevas pelotas de set, y bregó para llevarse la manga a su casillero.

El público no salia de su asombro debido a la resistencia de Istomin.El tercer set no tuvo mucha historia. Istomin parecía muy cansado después de más de dos horas de lucha y el serbio se llevó de manera muy sencilla esta manga. Parecía que la resistencia del uzbeko había llegado a su fin y que el resto del partido sería un camino de rosas para el número dos del mundo, pero Istomin todavía tenía un as debajo de la manga.

En el primer juego del cuarto set se vivió un desenlace que pudo cambiar el destino del encuentro. Istomin salvó a las primeras de cambio un "break" en contra que es bastante probable que hubiera sido definitivo, y en el siguiente juego rompió. Djokovic siguió remando y pudo llevar el set nuevamente al desempate, pero no se le veía tan rapido de piernas y efectivo con sus golpes como acostumbra.

Istomin se llevó la manga tras realizar un gran tie-break y llevó el partido a un set definitivo, que mantuvo al público que se agolpaba en la Rod Laver con el corazón en un puño. La sorpresa total saltó en el quinto juego de la manga, el uzbeko rompía el saque de su rival y ponía la directa hacia una victoria que no vio peligrar por el tremendo nivel de su servicio. Así, el último campeón se despide y abre de manera el sorprendente el cuadro. Por su parte, Istomin tendrá al español Pablo Carreño como rival en tercera ronda.