Tiene 22 años, es zurdo y ya es el tercer mejor tenista británico del momento. Si no hay cambios de última hora, Cameron Norrie debutará este próximo fin de semana en la Copa Davis. Lo hará como el número dos del equipo británico en el cruce de primera ronda frente a España que se disputará en Puerto Romano (Marbella), sobre superficie de tierra batida.
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Gracias a sus buenas actuaciones en el circuito Challenger, Norrie alcanzó el puesto número 110 en octubre del pasado año. Precisamente fue en ese mes cuando el británico, que al igual que Kyle Edmund, nació en Johannesburgo, despuntó de manera sobresaliente al hacerse con los Challengers de Stockton y Tiburon (venciendo a Tennys Sandgren en la final) y cayendo en el último partido en el de Cary, todos ellos en Estados Unidos.
Norrie también dejó sus pinceladas en el circuito ATP. Justo antes de su mes triunfal en los Challengers estadounidenses, el británico accedió al cuadro final del US Open a través de la fase previa. No contento con eso, Norrie logró vencer al ruso Dmitry Tursunov en primera ronda para caer en su siguiente encuentro ante el asturiano Pablo Carreño, ante el que, muy probablemente, tenga que volver a medirse este fin de semana. Su segundo triunfo en un torneo ATP llegó en el torneo de Eastbourne en junio, derrotando por 6-4 y 7-6 al argentino Horacio Zeballos en su debut.
Norrie quiso repetir el éxito del US Open y en este comienzo de año disputó también la fase previa del Open de Australia, aunque en esta ocasión, no tuvo tanta suerte al caer en su segundo partido ante el local John-Patrick Smith.
Este no será un fin de semana cualquiera para Cameron Norrie. Por primera vez defenderá a su país en la Copa Davis. Las ausencias ya conocidas de Andy Murray por lesión y de Daniel Evans por dopaje, convierten a Norrie en el segundo espada para los encuentros individuales. Debido a su inexperiencia y juventud, el británico acude a esta cita sin presión de lograr la victoria, lo cual puede jugar en su favor. Su gran desventaja es que todavía no ha jugado un solo partido en tierra batida, ni en el circuito Challenger ni en ATP. Eso sí, no tiene nada que perder y mucho que ganar.