Rafa Nadal llegaba a segunda ronda del ATP 500 de Pekín tras derrotar de manera arrolladora a Lorenzi. En frente tenía al francés Adrian Mannarino, verdugo de Ramos. 

El partido empezó de manera imperial por parte del español, que se mostró intratable en el servicio, consiguiendo hasta el 80% de los puntos jugados con el saque. En cambio, Mannarino se mostró nervioso, lo que provocó errores no forzados y una irregularidad en el juego. Con este panorama, Nadal consiguió hasta tres roturas del servicio del francés, llevándose el primer set por un claro 6-1.

Segundo set muy igualado

La segunda manga empezó con una tendencia muy distinta. Mannarino no se hundió y comenzó a entrar en el partido. El servicio del francés se asentó y los puntos iban cayendo de su lado. Por contra, Nadal iba reduciendo sus porcentages de puntos en el servicio, lo que provocó la concesión de bolas de rotura que supo solventar. A la vez, el mallorquín consiguió romper el servicio del francés en la primera bola de rotura que tuvo. En ese mismo punto, el partido parecía finiquitado, pero Mannarino siguió atenazando el servicio de Nadal, que resistía como podía, hasta que el francés consiguió romperle el servicio. 

Nadal redujo su fiabilidad con el saque en el segundo setEl segundo set seguía de manera muy par, Mannarino no bajaba el ritmo, lo que obligó a Nadal a volver a poner una marcha más en su juego y poder forzar la muerte súbita. En el tie break, parecía que ninguno de los dos tenistas se sentía cómodo con el saque lo que provocó un tie break alocado que se acabó llevando Nadal, que ganó la segunda manga por 7-6 (6).

Tras la victoria de Nadal, hay que destacar la diferencia de juego que tuvo el mallorquín en las dos mangas, ya que en el segundo set, Nadal ganó tan solo el 61% de los puntos con el servicio. En cuartos de final se enfrentará a Dimitrov.