Grigor Dimitrov da la gran sorpresa del torneo 500 de Pekín al derrotar en los cuartos de final al segundo cabeza de serie del torneo, Rafael Nadal. El búlgaro ha cerrado el encuentro por 6-2 y 6-4 en poco más de una hora y media y rubrica sus cuartas semifinales de la temporada. Además, Dimitrov se une a la lista de jugadores que han conseguido ganar al español, con el que arrastraba un bagaje negativo de siete derrotas en siete enfrentamientos. 

El partido estuvo marcado por los 32 errores no forzados cometidos por Nadal y la gran solidez sobre el fondo de la pista que demostró el de Haskovo. Nadal se despide del torneo con unas sensaciones que han ido de más a menos y con la pena de no haber podido llegar más lejos y sumar un título más a su palmarés ante la ausencia del gran favorito a todo hoy día, Novak Djokovic. 

Un odisea con nombre búlgaro

Los encuentros entre Dimitrov y Nadal siempre han estado marcados por una gran intensidad y por el morbo de ver como el denominado "baby Federer" podía emular las sensacionales batallas entre el suizo y el español que han pasado a la historia del tenis. Hoy el búlgaro ha demostrado los resultados del proceso de madurez por el que atraviesa. En ningún momento se ha visto intimidado por el manacorí y sabido solventar con eficacia los momentos delicados del partido. A pesar del buen hacer de Dimitrov, el partido se ha visto desnivelado por la versión más errática que se recuerda de Nadal en esta campaña de 2016. 

Ninguno de los dos comenzaron el partido con los nervios templados, muestra de ello son los primeros 5 juegos que fueron 5 breaks, tres para Dimitrov y dos para Nadal. El resto ganó claramente a los saques en el primer set. 

Nadal denotó que hoy no era su día desde el primer juego, que condeció con una doble falta después de salvar cinco bolas de rotura. Aunque reaccionara en los saques de Dimitrov, en el momento en el que  éste templó sus nervios al saque, Nadal no pudo hacer por evitar la hecatombe. A partir del quinto juego, Dimitrov ganó cinco más de manera consecutiva, noqueando a Nadal y enfriando al público chino, que esperaba con ilusión la remontada de su ídolo, pero nunca llegó

Esta vez no pudo ser 

No es la primera vez que Nadal se encuentra ante una situación adversa como la del 6-2 y 2-0 en contra de hoy. El carácter ganador y la admirable lucha y entrega del español ha dejado inmumerables remontadas al alcance de muy pocos. Sin embargo, Nadal ha tenido a un jugador enfrente con un patrón de juego muy definido y más maduro que nunca. Dimitrov ha aprendido algo de sus anteriores siete encuentros con el español y ha buscado los puntos con dos o tres golpes, con el fin de no dar ritmo y evitar pensar al balear, y además ha tenido una eficacia con sus golpes de fondo espectacular. Todo ello, también estuvo acompañado de unos porcentajes de puntos ganados con el primer saque que estuvieron por encima en muchos momentos de 90%. 

Nadal se vio muy incómodo con su golpe de derecha, su golpe fetiche, y mostró síntomas de decepción en cada golpe que se le iba fuera. Aún así, Nadal gozó de dos oportunidades de break que Dimitrov salvó sin complicaciones. 

6-4, partido y otra semifinal más para el búlgaro este año 2016, que puede ser un punto de inflexión en una carrera tan irregular. Su próximo rival en el torneo será el ganador del encuentro entre Richard Gasquet y Milos Raonic, verdugos de Pablo Carreño y Malek Jaziri respectivamente. Por su parte, Nadal pone rumbo a Shanghai para disputar el penúltimo Master 1000 de la temporada y que nuncá ha conseguido ganar.