Aguerrida veterana que nunca se da por vencida y se erige en una de las jugadoras más sólidas del circuito. Así se puede definir a Svetlana Kuznetsova, que a sus 31 años se encuentra en un gran momento de forma, compitiendo de tú a tú ante las mejores y siendo la octava clasificada del ránking WTA. Su magnífica temporada le da la oportunidad de meterse en las WTA Finals, para lo que tendría que hacer un gran papel en el torneo de Tianjin.

Con esta intención permanece en China la buena de Svetlana, tras sus brillantes semifinales en Wuhan y haber caído en Pekín ante Madison Keys.  Ganó el título en Sidney pero otro trofeo sería el colofón ideal a un año prolífico en alegrías. Kuznetsova parte como segunda favorita del torneo y parece dispuesta a cumplir con su favoritismo.

Kuznetsova fue superior de principio a fin

No hubo color. La concentración de la rusa fue máxima desde los compases iniciales y no se dejó sorprender por el juego incisivo de la francesa Pauline Parmentier. Atacó a tumba abierta la gala, pero no consiguió desplazar lo suficiente a una Kuznetsova muy rápida, tanto de piernas como de mente. Hubo un break inicial por parte de Parmentier pero fue un oasis en el desierto, ya que Svetlana no perdería la iniciativa en ningún otro momento.

Jugando profundo, con peso y sin asumir excesivos riesgos, fue suficiente para Kuznetsova, que habrá de prepararse para partidos más complejos. Cualquier mínimo error puede dar al traste con sus objetivos por lo que se antoja vital que no se presione demasiado. Cerró el encuentro con puntos brillantes y un marcador de 6-1 6-3.

Su siguiente rival será la croata Donna Vekic, que venció en primera ronda a la china Zhang. No debería ser un obstáculo para que Kuznetsova continúe su camino.