Nada más salir el sorteo del cuadro femenino del Open de Australia, Agnieszka Radwanska sabía que probablemente tendría el estreno más duro de todas las grandes favoritas al título. Casi ocho meses después, la polaca volvía a verse las caras con la búlgara Tsvetana Pironkova, la jugadora que la dejó fuera del último Roland Garros a las primeras de cambio. La búlgara estuvo cerca de repetir la sorpresa pero en esta ocasión la tercera cabeza de serie del cuadro pudo resolver la papeleta, aunque tuvo que esperar al tercer set.

Ninguna de las tenistas estuvo especialmente acertada con sus respectivos servicios, hasta 12 roturas se produjeron durante el choqueRadwanska pareció haber aprendido la lección y salió con todos los sentidos bien abiertos. Tras un esperanzador primer turno de saque por parte de Pironkova, Radwanska puso el rodillo y se llevó los siguientes seis juegos de forma consecutiva para apuntarse el primer set por 6-1 en 28 minutos de juego. La solidez de la polaca, once golpes ganadores por sólo tres errores y un rendimiento extraordinario en la red, diez puntos de once subidas, fueron demasiado para una Pironkova que no encontraba la manera de derribar el muro impuesto por su rival. 

Pironkova reacciona pero Radwanska pone las cosas en su sitio

El encuentro cambió radicalmente tras el descanso entre set y set. Con más convencimiento en todos sus golpes y aprovechando la relajación de su rival, Pironkova se llevó los nueve primeros puntos del segundo set para comenzar mandando 2-0. La búlgara tuvo incluso dos bolas para poner el 3-0 en el marcador pero tiró fuera dos sencillos remates, algo que acabó pasándole factura en el siguiente juego, en el que perdió su saque en blanco y con ella la ventaja que había adquirido. 

Radwanska terminó con 28 golpes ganadores por 21 errores no forzados. Pironkova realizó 22 y 32, respectivamenteA partir de ahí el encuentro se convirtió en una sucesión continua de roturas de saque por parte de ambas. Radwanska había perdido el control del partido y dio demasiadas facilidades, tantas que al final Pironkova aprovechó la enésima ventaja de la que dispuso para llevarse el segundo set por 6-4 y forzar el tercer y definitivo parcial. 

Durante los instantes finales del segundo set, en la cabeza de la polaca comenzaron a aparecer los fantasmas de Roland Garros pero en esta ocasión Radwanska no dejó que esos malos recuerdos se apoderaran de ella y sacó el carácter necesario para resolver el partido sin contemplaciones. La tercera mejor jugadora del mundo recobró la solidez del primer set y no dio ninguna opción a su rival, a la que rompió los tres servicios en los que sacó durante el último set. Pironkova lo intentó pero le faltó la consistencia necesaria  para inquietar a una Radwanska que cerró el choque a lo grande, con su segundo saque directo del partido y repetir el 6-1 del primer parcial. 

La siguiente rival de la tenista de Krakow será la croata Mirjana Lucic-Baroni, número 79 del mundo, ante la cual Radwanska ha vencido en sus anteriores enfrentamientos, en la hierba de Eastbourne el año pasado y en el cemento de Doha en 2014