Kei Nishikori tiene una oportunidad de oro en Buenos Aires. El japonés disputa esta semana un torneo sin precedentes para él. Sin embargo, el número cinco del mundo se ha adaptado perfectamente a las condiciones de la capital argentina. El nipón espera suceder a Dominic Thiem como campeón de este ATP 250.

Los vaticinios no afectan al japonés. Nishikori está mostrando una versión muy sólida a lo largo de la semana. Tras un debut incómodo ante el local Diego Schwatzman, con tres sets incluidos, el primer cabeza de serie se las veía con un Joao Sousa rebosante de confianza; el portugues venía de doblegar al ídolo local Federico Delbonis, artífice de la última Copa Davis de los albicelestes.

Dos especialistas en la tierra batida

Un escenario ideal para dos jugadores con buenos resultados en las pistas de arcilla, sobre todo el japonés, quien impuso un ritmo frenético desde el principio del partido. Con un break de salida, Nishikori no quiso especular y aprovechó la primera opción para coger ventaja. En el primer servicio del nipón, Sousa dispondría de una opción de ruptura, sin exito. Los primeros juegos del partidos serían igualados hasta la segunda ruptura del japonés en el momento clave; el portugués se veía con un 4-0 a pesar de las intentonas. Nishikori cerraría la primera manga por 6-1 en apenas media hora.

La segunda manga sería más igualada; ambos ganaban sus servicios con cierta comodidad, hasta el punto de no disponer de opciones de ruptura. Hasta el 5-4 y saque de Sousa, donde Nishikori aprovecharía la única opción de break para llevarse el partido.

Con este triunfo, Nishikori espera rival para las semifinales; saldrá del duelo entre Berlocq y Monteiro. El nipón buscará su segunda final de la temporada, tras la disputada en Brisbane.