Raonic, jugó el partido perfecto, para desactivar todas las armas de Del Potro, manteniendo un alto porcentaje de primeros servicios y atacando constantemente sobre el revés de Del Potro, jugando ángulos profundos, de drive y de revés, que impidieron durante todo el partido que el argentino pudiera realizar su juego.
El primer set duró 34 minutos, lo que tarda el delivery en traer la comida. El canadiense con un juego agresivo, contundente con el servicio y atacando constantemente sobre el revés de su oponente logró un rápido 6-3, gracias al quiebre que realizó en el sexto juego del partido.
El partido que todos querían ver
Ambos expusieron sus mejores armas, el saque solido de Raonic y Del Potro con su repertorio de drive invertidos y paralelos que hicieron temblar las defensas de su contrincante. Hubo partido, y los espectadores se encendieron de ambos lados, se logró el drama que todos venían a ver. Raonic atacó y se defendió mucho mejor que la Torre de Tandil, siguió su estrategia perfectamente y no lo intimidó el hecho de que el argentino lograra encontrar el ritmo. El set se fue al tie break, el infierno; no tuvo estrategia, ambos expusieron sus mejores armas que generaban en el otro error y desconfianza. Ganó Raonic, siendo el mejor de los dos, porque sigue con su papel de llegar a ser el número uno del mundo, al tener un plan de trabajo.
Del Potro está de vuelta, es del grupo selecto, pero debe trabajar y tener un grupo de trabajo. Logró él solo llegar a ser respetado por todos sus rivales de nuevo, pero para llegar a estar en los primeros lugares del ránking no deberá seguir su camino solo. Raonic, es candidato a quedarse con el ATP 250 de Delray Beach, tiene un rival sólido, el estadounidense Sock, y mañana no será solo un día de playa para el canadiense.