El francés Jo-Wilfried Tsonga culminó un año en el que, si bien no se destacó por competir en los grandes torneos, se coronó más que nunca. Cuatro veces gritó campeón como tenista single y cerró el 2017 de la mejor manera, con la obtención de la Copa Davis en su país. El tenista nacido en Le Mans no tuvo una buena actuación en ninguno Grand Slam del año, especialmente como local en Roland Garros, torneo en el que perdió en primera ronda ante un sorprendente Renzo Olivo. Tampoco lo hizo de buena manera en ningún Masters 1000, teniendo en cuenta que no pasó de la segunda ronda en ninguna de sus seis apariciones en certamenes de esa valía. No obstante, tuvo buenos rendimientos en competencias de menor nivel.

De este modo, el francés se consagró en el ATP 500 de Rotterdam y en los ATP 250 de Marsella, Lyon y Amberes para llegar a un número de títulos como nunca en su larga trayectoria como profesional. Como broche de oro, volvió a dejar a su país en lo más alto, superando la medalla de plata de Londres 2012, con el triunfo en la Copa Davis.

Un arranque de año positivo

Las eliminaciones en cuartos de final en Doha (ante Tomas Berdych) y en la misma instancia en el Australian Open (frente a Stanislas Wawrinka), le siguieron las semifinales de Montpellier, en las que cayó con el tenista joven del momento, Alexander Zverev y una posterior victoria en Rotterdam. En este torneo venció a varios rivales de gran nivel como Marin Cilic, Berdych y David Goffin, hombre con el que se iba a volver a ver la cara a fin de año, pero con la camiseta de Francia.

Los triunfos no pararon en Holanda, debido a que una semana más tarde iba a volver a sonreir. Esta vez le tocó un compatriota como adversario en la final: Lucas Pouille, nada más y nada menos que en Marsella, que tuvo una definición 100 por ciento localista. Sin embargo, la seguidilla de Masters 1000 no lo tuvo en su mejor momento y cayó en la segunda ronda de Indian Wells, Monte Carlo y Madrid.

Una mitad de temporada intermitente

La consagración en Lyon, certamen en el que venció a Berdych en la final, fue seguido por una pobre performance en Roland Garros, que lo vio eliminado en la primera ronda. La actuación en el césped no fue positiva tampoco. En Queen's no pudo pasar el segundo partido (fue derrotado por Gilles Muller) y en Wimbledon solo llegó a la tercera ronda, en la que fue superado por el norteamericano Sam Querrey, que también lo dejó afuera del Masters 1000 de Montreal. El nivel del tenista de 32 años no levantó ni en Cincinnati, ni en el US Open. En ambos fue borrado en la segunda ronda, primero por Ivo Karlovic y luego por Denis Shapovalov, con la curiosidad que ninguno de ellos dos estaba entre los mejores 40 del mundo.

Un gran sprint final

La inclusión de Tsonga en el equipo francés de la Copa Davis llegó en las semifinales, ante Serbia. Allí, venció tanto a Dusan Lajovic como a Laslo Djere para avanzar a la final. A los cuartos de final de San Petersburgo le sucedió un nuevo título, esta vez en Amberes. El partido decisivo tuvo al argentino Diego Schwartzman, que tuvo un enorme cierre de año, en frente.

Luego, tuvo su última final como tenista single en el año en Vienna. Su adversario en este partido fue un compañero de equipo en la Davis: Lucas Pouille, que esta vez lo derrotó como revancha del torbeo de Marsella. La coronación definitva llegó en la final de la Copa Davis ante Bélgica. Le ganó a Steve Darcis, aunque cayó con Goffin. Sin embargo, por el punto conseguido en el dobles por Richard Gasquet y Pierre-Hugues Herbert, la ensaladera se quedó en Francia.En conclusión, fue un año bastante intermitente para Jo-Wilfred Tsonga, un tenista que demostró todo lo que puede dar, pero que no termina de convencer, principalmente en las grandes competencias, por lo que tiene que conformarse con la 15ta ubicación en el Ranking de ATP y con una nueva ausencia el torneo de Maestros disputado en Londres.