“En Argentina nací tierra de Diego y Lionel” es el hit más escuchado en este último tiempo en calles de Doha, en los estadios o en algún banderazo previo a cada encuentro, los millones de argentinos que viajaron al Mundial están viviendo un sueño que no quieren despertarse. Con una nueva imagen brillante de Lionel Messi, el atacante de 35 años fue uno de los puntos altos del equipo conducido por Lionel Scaloni y flotó la lampara cuando más Argentina necesitaba de su creación.

En el primer tiempo armó un jugadón y le ganó la espalda a Frankie de Jong para asistir en profundidad a Nahuel Molina Lucero, así el lateral derecho anote el transitorio 1-0 transitorio en Lusail. Sin embargo, en más de una ocasión, la pelota descansaba en la zurda mágica del “10” y en el segundo tiempo estampó el 2-0 parcial, a los 28’ del complemento, Marcos Acuña subió por la calle izquierda, Jurrien Timber, el “2” de Holanda le tocó el pie de apoyo.

Antonio Miguel Mateu Lahoz, de floja actuación en la noche qatarí, sancionó la pena máxima y el encargado de la ejecución tuvo a cargo del futbolista surgido en el semillero de Newells. Sin ponerse nervioso, dejo parado a Andries Noppert y sellar el 2-0 antes de los últimos minutos infartante, donde sancionaron algunas faltas polémicas por el árbitro español.

En la previa a este compromiso, Messi rompió dos marcas en esta cita mundialista y alcanzó los diecisiete cotejos con la cinta de capitán. Además, se trepó al primer puesto de los máximos artilleros de la Selección Argentina en la historia de la Copa del Mundo y llegó a los gritos mundialistas. Uno en Alemania 2006(ante Serbia y Montenegro); cuatro en Brasil 2014(uno contra Bosnia, uno frente Irán y dos ante Nigeria) y uno en Rusia 2018(también frente los africanos), en Qatar ya lleva cuatro gritos (Arabia Saudita, México, Australia y este reciente, Países Bajos, sus víctimas). Solamente no convirtió en la edición de Sudáfrica 2010.