Condenada a la gloria. Una curiosa paradoja que sacude a la selección brasileña de fútbol en virulentas sensaciones que no conocen de término medio. Porque la exigencia es siempre máxima para la canarinha; el esfuerzo nunca es suficiente si el final del camino no conduce al éxtasis del triunfo y el fracaso es casi una traición para un combinado que, a base de escribir las más brillantes páginas en la historia del fútbol de selecciones, ha exitinguido la tregua que su propia torcida le concede. No vale otra cosa que no sea el título ni otra realidad que no sea la de alzar la copa al cielo de los más grandes estadios del planeta.


Por esa razón lo acontecido en el Mundial de 2006 multiplicó el dolor y la desolación por lo inesperado de un tropiezo que sacudió los cimientos de la 'verdeamarelha', alejándola en demasía de la obtención de un título que viene resistiéndosele a la anfitriona del próximo Mundial, que ve en la cita futbolística, que tendrá lugar en su casa, la oportunidad perfecta para resarcir a los suyos de dos torneos de sequía, un período inusual que tenía su inicio en el campeonato mundialista disputado en Alemania allá por 2006.

Expectativas por todo lo alto

A tierras germanas llegaba la 'canarinha', flamante campeona de la última edición del torneo, que certificaba así un pentacampeonato único en el planeta fútbol; jamás una selección había alzado la Copa del Mundo en cinco ocasiones y si la gloria había envuelto ya a la combinado brasileño, la quinta corona, acabó por transormar a aquellos hombres y sus antecesores en mitos del balón.

Selección Pts. PJ PG PE PP GF GC Dif.
Brasil 9 3 3 0 0 7 1 6
Australia 4 3 1 1 1 5 5 0
Croacia 2 3 0 2 1 2 3 -1
Japón 1 3 0 1 2 2 7 -5

Como vigente campeona, Brasil había quedado encuadradada en el grupo F, junto a Australia, Croacia y Japón, tres selecciones que no supusieron la menor dificultad para el combinado que por aquel entonces entrenaba Carlos Alberto Parreira, logrando así espantar a los fantasmas que habían acompañado a Brasil durante la fase de clasificación. La 'verdeamarelha' había generado numerosas dudas en los partidos previos a la participación en el Mundial pero su torcida necesitaba creer que aquello había sido sólo un espejismo y que la vigente campeona, defendería el título ante todos. Un ajustado triunfo por 1-0 ante Croacia; una cómoda victoria por 2-0 ante Australia y una postrera goleada por 1-4 ante el combinado japonés le sirvió a la 'canarinha' para certificar el pase a los octavos de final del torneo, tras finiquitar la fase de grupos como líder del suyo. Tres triunfos de tres partidos, siete goles a favor y tan sólo uno en contra le situaron a la cabeza, por delante de Australia, la otra clasificada con una victoria, un empate y una derrota; cinco goles a favor y cinco más en contra.

Partidos de la fase de grupos
Brasil 1 - 0 Croacia
Brasil 2 - 0 Australia
Japón 1 - 4 Brasil

Inesperado tropiezo ante Francia

Los octavos de final cruzaron a Ghana con Brasil y la normalidad continuó caracterizando los duelos de la 'canarinha' ante sus rivales, ocasionando que esta vez, los hombres de Parreira, encabezados por los Ronaldo, Ronaldinho, Kaká o Adriano, vencieran por un cómodo y contundente 3-0 al equipo africano.


La final se acercaba y sólo restaban, apenas, tres pasos para alcanzarla. El primero de ellos, y el que a la postre resultaría también el último, llegó en los cuartos de final ante Francia, que haría saltar la "sorpresa" ante la vigente campeona del mundo, a la que tumbaba por un ajustadísimo 0-1, obra de Thierry Henry. La pronta eliminación acribilló a la 'verdeamarelha' de críticas que buscaban, que necesitaban a un culpable. La prensa señaló especialmente a Roberto Carlos, jugador encargado de marcar al delantero francés, autor del único gol del partido, así como a Ronaldinho y al seleccionador nacional, Parreira.

"Vergüenza", "decepción", "tragedia"

Francia acabaría por avanzar duante dos rondas más, venciendo a Portugal y plantándose en la final, donde sucumbiría ante Italia, campeona a la postre del Mundial de Alemania. "No se puede perder un partido jugando tan mal. Brasil en ningún momento mostró ganas de ganarle a Francia", clamaban los narradores brasileños a la conclusión del choque con el combinado galo. "Faltó actitud, faltó la raza que mostró el Portugal de 'Felipao'", añadían también. Los titulares de la prensa escrita no dejaban en mejor posición a la 'canarinha': "Tragedia en Alemania: Zidane y compañía dan show y eliminan a Brasil". "Con un fútbol mediocre, casi sin patear al arco del adversario, Brasil perdió contra Francia por 1-0 con gol de Thierry Herry, y dijo adiós al sueño de conquistar el hexacampeonato". "Vergüenza", "Decepción", "Faltó vestir la camiseta" y "Un equipo para olvidar".


Lejos de sumar la sexta estrella a la corona de su escudo, Brasil sucumbía ante la dignidad de la derrota, capitulando de rodillas ante una Francia guerrera y ordenada. 180 millones de brasileños lloraron el derrumbe de su selección, aguardando, con la sensación del que se siente traicionado por su propia historia, a que una nueva oportunidad, de esas que llegan cada cuatro años, devolviera a los suyos al lugar que tan costosamente se labraron: el trono del fútbol mundial de selecciones.