Buena entrada la que registraba esta tarde el estadio de Wembley para despedir la primera temporada del Tottenham, pudiendo observarse en los aledaños del recinto a un gran numero de jóvenes que acudían para disfrutar de un encuentro entre dos conjuntos que habían dado por finalizada su temporada al no tener necesidades en la tabla ni posibilidades de mejorar sus ambiciones. 

La temperatura era la adecuada y lo inesperado llegaría en lo visto dentro del terreno de juego donde, sobre el plantel, Pochettino y Puel salían con todas sus bazas en los onces, con excepciones puntuales cómo las de Dele Allí o Davinson Sánchez.

Que comience la locura

Con el pitido inicial se podían empezar a adivinar las intenciones de ambos entrenadores: un Tottenham fiel a su estilo de las últimas temporadas, buscando salir con el esférico jugado, y un Leicester con Vardy como eje de la presión a la salida de los "Spurs".

No tardaría en hacer efecto la mencionada presión de la estrella de los "Foxes", puesto que Lloris se vio obligado a realizar un regate en su área pequeña ante la acometida del delantero inglés del conjunto visitante, al cual sorteó el cancerbero con gran habilidad.

Pero, en la primera falta realizada por el combinado londinense en el borde del área en la esquina derecha de su portería, llegaría el primer tanto del encuentro, a tan solo tres minutos del inicio del partido.

Centro de Mahrez con rosca, que remataba Jamie Vardy con la testa entre medias de los defensores del equipo local, que denotaba la pasividad que desprendía el partido por la falta de trascendencia en la clasificación y aspiraciones de  los conjuntos, puesto que Vertonghen y Alderweireld no acostumbran a tener lagunas de concentración de semejante calibre. 

Este primer tanto, generaba un punto de nostalgia en el espectador, debido a que recordaba a la conexión que tantas alegrías dio a los lobos hace dos campañas, cuando consiguieron obtener su primer título de liga.

Fuente: Leicester City
Fuente: Leicester City

Tras este gol, la reacción del Tottenham no se hizo esperar, y empezó a preparar lo que prometía ser una tarde cargada de fútbol atractivo para el aficionado, de ese que tanto disgusta a los técnicos por el descontrol táctico que implica.

Hicieron falta tres minutos más para que, en el minuto seis, Harry Kane mostrase sus armas que amenazarán a toda defensa en el próximo Mundial en poco más de un mes, realizando una  meritoria carrera tras una actuación permisiva por parte de los centrales Morgan y Maguire, en la que definió de manera habitual en él, al propio palo de Jakupovic, el cual pudo hacer algo más para detener el tanto del ariete.

El vendaval ofensivo se iba haciendo notar y, el Leicester, continuó aportando lo que sus jugadores de ataque saben hacer a la perfección, ejerciendo presión y contras letales mediante la velocidad de Vardy y Gray, o la calidad de Mahrez en la conducción.

De nuevo, tras otra mezcla de mérito de la defensa local y de la presión visitante, llegó el gol de Riyad Mahrez mediante un disparo dentro del área al que Lloris nada pudo hacer. Ocurrió en el minuto 17 de partido, y se iba atisbando en lo que se iba a convertir la tarde.

La intensidad se mantuvo durante el ecuador de la primera mitad, con el Tottenham intentando dar una imagen digna en el último partido de su primera temporada en Wembley, especialmente a través de un Lucas Moura, que se movía por todo el campo buscando permanentes conexiones con Eriksen y Kane. 

El primer tiempo finalizó como un escaparate para que los dos delanteros ingleses, Kane y Vardy, presentasen su amplia gama de recursos ofensivos de cara a la cita mundialista de este verano. Destacar de la primer parte, la calidad imprimida por Erik Lamela en el borde del área, abriendo el campo y, por parte de los "Foxes", la velocidad y desborde de Gray o la solidez defensiva de Maguire, otro candidato a estar en Rusia este verano representando a Inglaterra. 

Fuente: Leicester City
Fuente: Leicester City

Segundo tiempo

Nada mas arrancar el segundo tiempo, hicieron falta dos minutos para que el patrón se mantuviera: espectacular gol de un desaparecido en la primera mitad, Iheanacho, que encajó en la escuadra izquierda de la portería su gol de la temporada.

Fuente: Leicester City
Fuente: Leicester City

Una vez más, la respuesta "Spur" no tardó en llegar, saque de centro, balón que se interna en el área para que Kane abra a la derecha a Walker-Peters y este de un pase de la muerte a Lamela que llegaba desde atrás para simplemente empujarla y poner el 2-3 en el minuto 49.

La locura se apoderaba de nuevo del encuentro, y mediante una internada de Danny Rose, Eriksen daba un taconazo que no parecía tener destinatario claro y, tras una sucesión de rebotes, Lamela conseguía empujar un balón que rebotaba en Fuchs para introducirse dentro y poner el empate a tres en el luminoso, tan solo cuatro minutos pasados desde el anterior gol.

Ambos equipos no querían modificar la situación, y cerca estuvo Maguire de materializar una jugada ensayada para el Leicester escasos minutos después del empate. 

El público disfrutaba, y Pochettino mandaba calentar a Dele Allí para deleitar a los presentes.

Fuente: Tottenham Hotspur
Fuente: Tottenham Hotspur

La locura no iba si no en aumento, y el Tottenham quería aprovechar su buen estado de forma, de modo que Eriksen cazó un balon en la zona de tres cuartos, abrió a Lucas que de nuevo ofreció un regaloa Lamela para que definiese sin oposición alguna, de una defensa conformada en esta contra por un solitario Wess Morgan, que no pudo más que ser un espectador en este cuarto gol. Doblete del argentino que venía avisando con un gran primer tiempo y que en el segundo, vio materializado su buen juego en forma de dos goles y clara influencia en otro. 

Intentaba estirarse el Leicester aprovechando la ausencia de centro del campo que imperaba en el encuentro, para probar a un Lloris que demostró puntualmente su alto nivel.

La alternancia en el marcador y las sucesivas ocasiones, impregnaron al encuentro de una competitividad inesperada, que se pudo notar en la insistencia en la reclamación de dos posibles penaltis, uno a Rose y otro a Kane.

Con la protesta por el penalti al delantero inglés, llegó una nueva contra bien dirigida por Diabaté (entró en la segunda mitad), que leyó a la perfección el genial desmarque de un Jamie Vardy con hambre, que definió por el palo del portero con rabia para empatar de nuevo el festival de goles a cuatro. 

La locura no tenía fin. Tan solo dos minutos hicieron falta a Harry Kane para recortar a Choudhury y su pésima defensa, internarse en el área, y sacar un derechazo ajustado a la izquierda de Jakupovic, firmando un tanto de bella factura. Una vez más, por delante el Tottenham, 5-4.

El "corre calles" que había sido todo el encuentro, comenzó a pasar factura a los protagonistas, que lo que sí mantenían era la intensidad, lo que obligó a los entrenadores a realizar cambios, provocando que se frenase el ritmo frenético que se estaba dando hasta el minuto 80.

Fuente: Tottenham Hotspur
Fuente: Tottenham Hotspur

Imágenes que describirían la pasión que ha que ha generado el vendaval ofensivo en este último encuentro de la temporada en el "Wembley Stadium", serían la de Adrien Silva reclamando airadamente al árbitro Craig Pawson a cinco minutos del final, o la del entrenador Claude Puel dando indicaciones intensamente en la banda en un partido en el que no se juega de cara a sus aspiraciones, también en el 85.

Ovación al deporte rey la que brindó la grada con el pitido final, expresando la emoción generada por un encuentro que se prometía descafeinado y falto de ritmo pero que, con los jugadores que había sobre el césped, tampoco sorprende tanto el vertiginoso ritmo vivido.

Análisis

Partido en el que el centro del campo ha brillado por su ausencia, produciéndose constantes acometidas de cada equipo y, más deficiente si cabe, el rendimiento ofrecido en defensa, donde ambos equipos han sabido explotar las carencias del rival en este apartado, evidenciando la necesidad de ambos conjuntos de acudir al mercado veraniego en busca de experiencia en los costados y mayor solvencia.

La primera campaña del Tottenham en Wembley no podía deparar otra clausura de la misma, que este encuentro de infarto, en el que nadie de los que lo degustaron, deseaban que acabase, siendo así una de las mejores representaciones de fútbol de ataque que se han visto en Europa en esta temporada 2017-2018, que se despide con un mensaje claro de que el Mundial de este verano será más que trepidante. 

Temporada irregular del Leicester City, que no obtenido el billete para Europa, y año esperado en el Tottenham, que no ha sabido competir como esperaba en Champions League, y que buscará el año que viene un nuevo intento de conquistar la Premier, en función de los movimientos que se den en verano. 

Como balance final, la conclusión causada por el partido es clara: Southgate debe de jugar con Kane y Vardy juntos en punta, ya que privar al mundo del fútbol de uno de ellos sería un crimen para todo el aficionado a este deporte. Inglaterra cuenta con argumentos de sobra para causar temor en las defensas del resto de combinados nacionales. 

Del mismo modo, este partido generó una esperanza y entusiasmo generalizado por la calidad de algunos de los  jugadores de alto nivel que disputarán este próximo Mundial: Eriksen con Dinamarca, Lamela con Argentina e incluso Son con Corea, hacen que desde ya se empiecen a contar los días que faltan para que llegue el 14 de junio y el balón eche a rodar en Moscú.