Lo vivido ayer en el RCDE Stadium pone de manifiesto que el RCD Espanyol necesita un revulsivo en todos los aspectos para revertir una situación deportiva que, muestra en ocasiones signos de mejoría, pero que nunca acaba de salir del agujero en el que están sumidos. Ayer cosechó un resultado muy negativo en la competición que más esperanzas se habían puesto, la Copa del Rey, tras pasar con sufrimiento ante el CD Tenerife y verse en octavos de final de la competición. El partido dejó muy claro que el conjunto perico necesita como el comer realizar incorporaciones en este mes de Enero que den un salto cualitativo a la plantilla y la doten de solidez a la vez que buenos resultados. 

El partido no estuvo exento de polémicas, algunas de ellas en el primer tiempo protagonizadas por el mismo futbolista. Víctor Sánchez, que volvía en el día de ayer a actuar de mediocentro, ció como hasta en dos ocasiones la pelota le daba en las manos, no señalando nada Fernández Borbalán. Un primer tiempo en el que el partido estuvo bastante equilibrado, y que los locales controlaron bien, viéndose recompensados con el 1-0, obra de Gerard Moreno a la media hora de partido. Un centro medido de Piatti fue empujado a la red de cabeza por el goleador del equipo, pieza fundamental y de la que el equipo depende cada vez más. Celebración señalando el escudo de su camiseta, un escudo que siente muy dentro y queriendo quitar hierro a los rumores que le sitúan fuera de Cornellá

Cuando el encuentro se disponía a llegar al fin de los 45 minutos, llegó la mancha arbitral de la noche: de nuevo Víctor Sánchez tocaba el balón con la mano, aunque cuando la pelota ya había traspasado la línea de fondo. Sin embargo, Borbalán y su asistente no dudaron en pitar el penalti, ante la indignación de los locales y la grada. El penalti lo anotó Morales, poniendo el 1-1 en el marcador cuando ya la primera mitad agonizaba. Con mucha polémica se llegaba así al final de los 45 minutos. 

En la reanudación, se notó al Espanyol haber acusado el golpe recibido con el empate, y de ello se aprovechó el Levante que apunto estuvo de anotar el 1-2 en un disparo de Boateng que obligó a realizar una parada salvadora a Diego López, el portero de la Copa hasta el momento, y que ya fue fundamental para lograr el pase ante el CD Tenerife en la anterior eliminatoria. Sin embargo, los locales tuvieron una tímida reacción y Sergio García estuvo a punto de encontrar el gol que pusiera por delante a los catalanes, pero su disparo se estrelló en el palo de la portería granota. En el minuto 73 llegaría el fatal desenlace para los intereses de los de Quique Sánchez Flores. Una pérdida del equipo generó una rápida contra en velocidad conducida por Morales, que tras recortar a Naldo y Víctor Sánchez dentro del área puso en bandeja a Ivi la pelota, que solo tuvo que empujar para poner en ventaja a su equipo. 

Con 15 minutos por delante para intentar revertir la situación, el Espanyol lo intentó a la desesperada, con más corazón que cabeza, y a punto estuvo de poner las tablas con un tiro de Darder al palo, y otra ocasión de Sergio García que salvó el portero visitante cuando se colaba. Final de los 90 minutos, y se confirma el resultado de la ida, un mal resultado para el Espanyol que deberá ir al Ciutat de Valencia en busca de dos goles, además de mantener su portería a cero. Una empresa complicada pero posible.