Tan solo un año duró el paso de los albacetistas por una de las categorías más duras del fútbol español. La Segunda División B no fue un simple trámite, pero tampoco pudo con la ilusión de los manchegos. El fútbol profesional es el sitio que les corresponde. Se lo han ganado a pulso en una temporada en la que los futbolistas han vivido en los dos extremos, al borde de los playoffs y también, al borde del descenso. La temporada 2017/18 de La Liga 1|2|3 le ha guardado muchas sorpresas al Albacete Balompié.

El inicio del curso fue un trago con un sabor amargo y  dulce a la vez. El equipo que en su comienzo estaba dirigido por José Manuel Aira saboreó de primera mano la dureza de la categoría de plata, recibiendo cada fin de semana un duro correctivo. Por fortuna para la parroquia albaceteña, las cosas no son como empiezan, si no como acaban. Llegó Enrique Martín, y con él, el Boeing 747 despegó buscando lugares más atractivos donde estabilizarse.

Enrique Martín, el artífice de una ilusión

Y con él al frente, se vivieron algunos de los momentos (por no decir los mejores) más bonitos del año. El Carlos Belmonte ni siquiera se acordaba de lo que era respirar tranquilo durante una temporada de Segunda División, y “la bruja de Campanas” se lo recordó amablemente. El Albacete es ese equipo que suele pelear por no descender (y así sería finalmente) pero durante trece increíbles partidos, la ilusión voló por los alrededores de la capital manchega.

Enrique Martín en su debut con el Albacete Balompié | Foto: J. Mondéjar - VAVEL
Enrique Martín en su debut con el Albacete Balompié | Foto: J. Mondéjar - VAVEL

Y el mérito de Enrique Martín no solamente residía en los buenos resultados. Había conseguido darle otra imagen a unos jugadores que habían dado el primer paso con el pie izquierdo. Explotó sus cualidades y formó un equipo compacto, capaz de pelear ante cualquiera y que atraía las miradas de algunos clubes de Primera División.

Liderados por Tomeu Nadal, quien probablemente fue el mejor jugador de la temporada, el Albacete Balompié llegó a situarse durante varias semanas a cinco puntos de la promoción de ascenso, algo que parecía demasiado bonito para ser verdad en la localidad albaceteña, pero era la consecuencia de haber realizado su segunda mejor primera vuelta en La Liga 1|2|3 de los últimos 15 años.

Pelayo Novo mantuvo en vilo a la familia albaceteña

Lo dicho: en la primera vuelta se vivió lo mejor y lo peor. Pero lo que no sabían en Albacete, era que lo peor todavía iba a ir a más, y además en dos aspectos, en lo deportivo y en lo extradeportivo. Un devastador inicio de liga no iban a ser los momentos más duros. En su lugar, lo sería el accidente de Pelayo, un hecho que mantuvo en vilo al mundo del fútbol durante un tiempo.

Pelayo continúa recuperándose en el Hospital de Parapléjicos de Toledo

El club, como es lógico ante una situación tan complicada, no encajó bien el golpe. Lo emocional dejó en un segundo plano el aspecto deportivo, y futbolísticamente, el Albacete Balompié tocó fondo. Desde ese momento, ya no se vivieron más victorias en lo que quedaba de temporada. El equipo se descentró y se ahogó en una espiral de malos resultados, mientras que Enrique Martín, no era capaz de dar con la tecla que desactivara la tormenta.

Salvados por la campana

Y no lo hizo en ningún momento. El Albacete Balompié salvó la categoría y no por que floreciera una capacidad de reacción que mucha falta les hizo. El demérito de los rivales y el gran margen de puntos que consiguió el club cuando el Carlos Belmonte tenía más “pinta” de fortín que de estadio, premiaron a los manchegos con la permanencia.

El Albacete Balompié celebrando la permanencia | Foto: albacetebalompie.es
El Albacete Balompié celebrando la permanencia | Foto: albacetebalompie.es

Una temporada compleja, completada y superada por los pelos. Estresante y desesperante son dos de los adjetivos que resumen la liga del “Alba”. Por ello, el primer ejercicio de verano para el club de Georges Kabchi es buscar la estabilidad y el equilibrio, algo que la parroquia albaceteña agradecerá sin duda.

Si el club desea que la temporada 2018/19 no sea una auténtica montaña rusa, toca mantener a los jugadores fundamentales y reforzar algunas posiciones, empezando además por el banquillo. El regreso del Albacete Balompié no ha sido tranquilo, pero una vez superada la dificultad que entraña el primer año, hay que buscar objetivos y metas más altas.