Más allá de lo que supone un derbi en la capital hispalense, cabe hacer alusión al particular duelo en los banquillos que vivirán en apenas tres días Quique Setién y Pablo Machín.

Este prematuro encuentro de máxima rivalidad será el séptimo en el que ambos entrenadores se vean las caras. Hasta ahora, en los choques anteriores, sobresale una palabra por encima de todas las demás: igualdad. Y es que en la mitad de las veces que se enfrentaron se firmaron las tablas. De la misma forma, Pablo Machín salió como vencedor en dos ocasiones, ambas en Segunda División. Por su parte, Quique Setién se llevó una vez el gato al agua, en este caso en la máxima categoría.

Para recordar el origen de esta batalla hay que remontarse hasta la campaña 2012/2013, en la categoría de plata. El escenario era el Estadio Los Pajaritos. Un joven Pablo Machín cumplía su segundo curso al frente del Numancia. En cambio, Quique Setién había ascendido pocos meses antes al Lugo desde Segunda 'B' y se comprometía por cuarta campaña consecutiva con el cuadro albivermello. El conjunto soriano, tirando de pegada, acabaría goleando a su rival, que pese a no realizar un mal partido sucumbiría ante los goles de Natalio, Nagore -de penalti- y de Nieto (3-0).

En el choque de la segunda vuelta, por el contrario, ninguno de los equipos supo ver puerta a lo largo de los 90 minutos y ambas disciplinas se llevaron un punto al zurrón.

No se reencontrarían hasta la temporada 2014/15, también en Segunda División. Pablo Machín había sido contratado en la recta final del curso anterior por el Girona, con el que se ganó la renovación al lograr una salvación por la que nadie daba un duro. El técnico soriano le cambiaría la cara al equipo en el nuevo curso y desde pronto el equipo rojiblanco fue serio candidato al ascenso. Ante el Lugo, en el Anxo Carro, venció por 1-2 gracias al acierto de Fran Sandaza y de Granell. Lolo Plá recortaría distancias posteriormente.

Pero la venganza se sirve en plato frío y el cuadro gallego ajustició a su rival de la manera más cruel posible en el encuentro de la segunda vuelta. Era la última jornada de aquel ciclo. El Girona dependía de sí mismo para subir a la máxima categoría del fútbol español. También le valía un empate siempre y cuando el Sporting no ganase por más de un gol a un Betis que, con el ineludible objetivo de regresar a Primera División conseguido, no se jugaba nada y afrontaba el duelo pensando más en las vacaciones que en otra cosa. Los gijoneses ganarían 0-3 en el Benito Villamarín, por lo que al Girona solo le valía ganar. Y así llegó al tiempo de descuento: ganando 1-0 con gol de Fran Sandaza. Pero cuando ya acariciaba las mieles del ascenso, un centro de Toni Dovale era cabeceado a la red por Caballero en el minuto 92. El drama estaba servido. El conjunto catalán se quedaba sin el ascenso directo, siendo relegado a los play-off. En éstos, caería a las primeras de cambio ante el Zaragoza.

Los dos últimos encuentros entre Quique Setién y Pablo Machín fueron la pasada campaña en Primera División, ya con el cántabro al frente del Betis. En el primero de estos dos choques, nuevamente se firmarían las tablas. Portu adelantó al equipo visitante antes del descanso al aprovechar un grave error en la zaga heliopolitana. Andrés Guardado, por su parte, igualaría la contienda en el 85' tras un magistral disparo de falta directa. Bien avanzado el tiempo de descuento, de nuevo Portu volvía a poner por delante a los suyos. Sin embargo, cuando parecía que la victoria volaría de vuelta a tierras gerundenses, Cristian Tello encontró el gol en la última jugada del partido y rescató un punto para un Betis que se encontraba en horas bajas en esa fase de la temporada.

En Montilivi, no obstante, la historia fue otra. Los verdiblancos estaban lanzados hacia la clasificación europea y en Girona sumaron su quinta victoria consecutiva. Para ello bastaría un tanto de Loren. Joaquín, tras una sensacional jugada, más típica de un veinteañero que de un jugador de 36 años, asistió a la perfección al futbolista marbellí y éste no perdonó ante Bono. Este triunfo quizás fue el más importante del pasado curso para los verdiblancos, pues no solo aventajaron en tres puntos a un rival directo por Europa, sino que además se beneficiaron del empate entre el Sevilla y el Villarreal, sus otros adversarios en la carrera por la consecución del objetivo.