De talento especial y con el lenguaje del fútbol tatuado en las venas, Aitor Cantalapiedra arrancaba su andadura en el mundo del balompié con apenas cinco años en la Penya Barcelonista ‘Cinc Copes’. Respirando sentimiento azulgrana en cada poro de su ser, Aitor consumaba su primer gran sueño como ‘culé’ recalando en 2002 en la FCBEscola con el Prebenjamín de Sergi Milà. Allí, bajo el influjo de ‘Can Barça’ y embriagándose del barcelonismo más puro coincidiría con Sergi Samper, uno de los baluartes más sustanciales de La Masía.

Pese a no lograr saltar un paso más en las filas del Barça, Aitor lograba moldear sus cualidades en las más prestigiosas canteras del fútbol catalán: con el RCD Espanyol en su etapa benjamín y alevín, los dos años de infantil bajo el manto de la UE Sant Andreu, la fase cadete tutelado por el CF Damm y los primeros dos años del ciclo juvenil con la UE Cornellà. Sería entonces, en el último tramo de la temporada 2013/2014, dónde el FC Barcelona volvería de nuevo a colarse en la vida de Aitor ofreciéndole la oportunidad de defender nuevamente con orgullo el escudo de sus amores. Sin dudarlo, dispuesto a coger con firmeza el ansiado tren que se presentaba, el barcelonés partía de regreso a casa.

Aitor celebrando un gol con el FCB Juvenil A. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

Hogar, dulce hogar

Balanceándose con suavidad entre el calor de las canteras más acreditadas de Catalunya, Aitor Cantalapiedra aterrizaba en su nueva morada con el objetivo de apuntalar las piezas del FCB Juvenil A de Jordi Vinyals en la Copa del Rey. Mermados con la salida de Toni Sanabria y el ascenso de Munir El Haddadi y Adama al filial, el conjunto azulgrana no dudaba en buscar en las botas de Aitor el impulso perfecto hacia el ‘triplete’. Conquistada la Liga y la recién inaugurada UEFA Youth League, la Copa del Rey vislumbraba como la guinda perfecta del codiciado pastel. Esperado y ansiado, la batalla ante el Danot Bak vasco aplaudía el debut del extremo catalán en la ida de los octavos de final de la competición del KO, torneo en el que disputaría hasta cuatro partidos más. Extraviado el billete hacia la final tras claudicar en semifinales contra el Sevilla FC, Aitor emergía con autoridad en su reaparición como azulgrana.

Aitor debutaba en la Copa contra el Danok Bat en Mallona el 18 de mayo de 2014

Sumergido en plena dinámica con el FCB Juvenil A, el salto a la temporada 2014/2015 le deparaba mayor protagonismo en el barco barcelonista, convirtiéndose en un asiduo en el ‘once’ azulgrana tanto en la División de Honor como en la UEFA Youth League. Lejos de poder repetir los éxitos alcanzados la campaña anterior con el codiciado ‘doblete’, el FCB Juvenil A de García Pimienta alimentaba con fuego la huella de Cantalapiedra, rompiendo con bravura cualquier tipo de barrera.

Cantalapiedra con el FCB Juvenil A. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

Versátil en cualquier posición ofensiva, su preciso golpeo con la zurda y ese flirteo constante con el gol le llevaron a ascender al Barça B de Gerard López el curso 2015/2016, compartiendo de nuevo los entresijos del vestuario con Sergi Samper 12 años después. Destapando su mejor versión y combinando con despajo una exquisita inteligencia sobre el verde, el estreno esperado con el filial aguardaba un sinfín de nostalgia para el catalán. Bajo los focos del Nou Municipal de Cornellà, Aitor Cantalapiedra debutaba con el Barça B con la UE Cornellà, el escuadrón que lanzaba el vuelo del barcelonés hacia ‘Can Barça’.

Volcán ofensivo pero también generoso en la vertiente defensiva, el azulgrana apenas tardaba en consolidarse en los esquemas del técnico de Granollers. Alternando ambas bandas en el ataque, Aitor endulzaba su gran momento profesional con la llamada de Luis Enrique. Enfrascados en la Copa del Rey, el técnico asturiano premiaba al azulgrana con los últimos 25 minutos de partido ante el CF Villanovense, realizando así su debut oficial con la primera armada el 28 de octubre de 2015 sobre el césped del Romero Cuerda. La apoteosis, sin embargo, llegaba casi dos meses después. Valiente y revulsivo contra los extremeños, Luis Enrique premiaba la buena imagen descorchada en el partido de ida con una ofrenda irremplazable: la titularidad en el encuentro de vuelta. Acompañado de Munir y Sandro, Aitor rubricaba con una asistencia al canario el gran papel exhibido en el Camp Nou. Recompensa, más que merecida, a quién nunca menguó frente a los desafíos de la vida.

Aitor el curso 2015/2016. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

Aitor alcanzaría estrenarse con el primer equipo el 28 de octubre de 2015 contra el CF Villanovense en la Copa del Rey

Dueño de la línea de cal, ágil y adornado con una fantástica zurda, Aitor descendía de la nube que estrechaba sus sueños. Víctima de la criba de Gerard López con el filial, el extremo azulgrana quedaba apartado del buque del Barça B, colocándole en el escaparate del mercado invernal. Incomprensible y después de saborear las mieles del estreno con el primer equipo, el rumbo de Aitor tomaría una nueva dirección pocos días después, recalando en el filial del Villarreal CF en enero de 2016.

Un vaivén rumbo a la gloria

Alzando la cabeza con orgullo y sin olvidar el fútbol irradiando desde sus botas, el azulgrana vestía durante una temporada y media la zamarra del conjunto ‘groguet’, disfrutando además la oportunidad de arrancar unos minutos en Primera División con el ‘submarino amarillo’. A sus 20 años, el cuadro castellonense le abría las puertas en la segunda jornada de Liga frente al Sevilla CF en El Madrigal sustituyendo a Roberto Soriano en la parte izquierda del ataque de Fran Escribà.

Aitor contra el Villarreal CF B el curso 2015/2016. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

Siguiendo sus sueños y buscando encontrar su hueco, Aitor abandonaba el Mediterráneo un curso más tarde para refugiarse en los brazos del Sevilla Atlético. Al abrigo del conjunto hispalense la campaña 2017/2018, Aitor no lograba alcanzar el objetivo del filial de Nervión, consumando el descenso a la Segunda División B y propiciando la salida del catalán en busca de un nuevo soplo de brisa que colmara sus anhelos. Y ahí, entre todos los pretendientes, el FC Twente lograba conducir hasta territorio holandés la calidez de un talento inconmensurable.

Aitor ha encontrado su sitio en las filas del FC Twente, consolidado titular indiscutible

Con sólo 22 años, ‘los tukkers’ apenas tardaron en rendirse a la evidencia. Sumido en plena hecatombe tras descender al infierno de la Segunda División holandesa, el FC Twente encontraba en la magia de Aitor su mejor baza. Colista de la Eredivisie, el conjunto rojo apostaba las cartas de la resurrección a los pies del delantero, y no les falló. Dirección a Holanda el curso 2018/2019, el equipo de Enschede hallaba en Cantalapiedra el chispazo de luz en medio de la penumbra. Bastión letal en el equipo de Marino Pusic, el barcelonés alcanzaba a disputar un total de 35 encuentros de los 38 disputados por el FC Twente en la Keuken Kampioen Divisie (Segunda División holandesa), todos ellos como titular. Incuestionable en el flanco derecho, Aitor conseguía anotar un total de 13 goles en su primera campaña en Holanda, capitaneando sin ningún pudor el regreso del FC Twente a la ansiada Eredivisie.

Cantalapiedra con el FC Twente. Foto: FC Twente

Pegado a la banda derecha para sacarle el mejor partido a su zurda, Aitor busca siempre a sus compañeros para acompañar la jugada. Lejos de individualismos, suyo es también el golpeo a balón parado. Cantalapiedra ha descubierto su lugar en las filas del FC Twente, dónde ahora, en la primera línea de batalla, descorcha sus credenciales. Disputados los primeros ocho partidos de la Eredivisie, ‘los tukkers’ se acomodan en la octava plaza de la tabla a ocho puntos del líder, el Ajax de otro canterano azulgrana como André Onana. Al compás de Aitor respira tranquilo el FC Twente, que con cinco goles se sitúa a solo tres dianas del máximo realizador hasta el momento, Donyell Malen (PSV Eindhoven). Escoltado en el barco por ex integrantes de La Masía como Javier Espinosa, Julio Pleguezuelo o el recién aterrizado Oriol Busquets, el conjunto de Gonzalo García mira sin complejos el liderato. Quieren armar la guerra en la Eredivisie, y en su bando milita el mejor armero.