El derbi gallego no defraudó y ofreció un duelo reñido y lleno de alternativas. Era la quinta jornada y ya se veían las caras los dos equipos gallegos en casa de los celestes. Balaídos se engalanaba para albergar el máximo duelo regional. El dominio y el mejor fútbol lo ponían los locales, con Berizzo en el banquillo, mientras que el Dépor jugaba con la fe y con un esfuerzo innegociable los 90 minutos .

Los locales llegaban al derbi, octavos en la tabla, invictos, con una victoria y tres empates, en racha tras haber conseguido empatar a dos en el Vicente Calderón ante el Atlético de Madrid. Mientras, que los blanquiazules llegaban decimocuartos, con una victoria y un empate en su haber, y tras una debacle en su estadio contra el Real Madrid de Carlo Ancelotti (2-8).

Ambos entrenadores salían con todo para llevarse el partido. Eduardo ‘Toto’ Berizzo alineaba en portería a Sergio Álvarez, el gato de Catoira que sería el héroe al final del partido. Mallo, Cabral, Fontás y Planas en defensa. Alex López, Kronh-Dehli y Radoja en el medio campo y arriba el tridente que tantas alegrías estaba dando a la afición celeste, Nolito, Orellana y como referencia, Larrivey.

Por su parte, Víctor Fernández, un ex entrenador celeste, con el que se vivieron años de gloria, también ponía toda su artillería en el terreno de juego. Germán Lux en portería, con Laure, Lopo, Sidnei y Luisinho en defensa. Alex Bergantiños como pivote defensivo y pieza clave a la hora de sacar el balón. Juanfran, Medunjanin, Luis Fariña y Cuenca por delante, y arriba, como rematador, Hélder Postiga.  

Primera parte  

Un Balaídos lleno, con 29.903 personas empujando, recibía a ambos equipos. Ejerciendo como locales, el Celta salió al ataque. Con un juego directo, alegre y vistoso llegó el primer gol del encuentro. Corría el minuto dos, y tras un saque de banda de Planas a Nolito, que se zafaba muy bien de los centrales coruñeses, conseguía perforar la portería de Lux. Una jugada clásica del 10 del Celta, que gambeteaba en el área rival hasta hacerse un hueco y colaba su disparo pegadito al palo derecho del portero argentino.

Orellana, uno de los más activos, jugando con libertad llevaba el peligro de manera constante a la portería deportivista. Una falta directa y un tiro desde la frontal se fueron por poco.

El Deportivo tardó media hora en llegar a la portería de los vigueses. Tras una buena triangulación en el área, Sergio sacaba el balón a córner. El Dépor intentaba estirar sus líneas pero un Celta bien ordenado y jugando con la tranquilidad de llevar la ventaja en el marcador supo sostener los tímidos acercamientos del conjunto de Víctor Fernández.

Segunda Parte

Tras el descanso y las charlas con los técnicos, el Deportivo salió más enchufado. Eran los que levaban el peso del juego y los que generaban las ocasiones. Juanfran y Cuenca hacían estragos por las bandas, centrando a Hélder Postiga que fue quien dio el primer aviso.

El Celta intentaba quitarse la presión durmiendo el balón con largas posesiones y alguna contra. En una de esas jugadas verticales típicas del Celta de Berizzo se pidió penalti sobre Nolito. Un pase en profundidad de Kronh que llega a Nolito, el cual acabó claramente arrollado por Lopo, pero donde el árbitro no vio infracción.

Poco después llegó el tanto del empate. Una buena jugada de Juanfran por la banda derecha, ponía el balón al corazón del área, donde Cuenca, solo, consiguió anotar. Desde el punto de penalti no perdonó a Sergio, que pese a estirarse no fue capaz de despejar el balón.

Corría el minuto diez de la segunda parte y se abría un nuevo partido. Con un Dépor más volcado intentándolo y con un Celta que volvía a dominar y acercarse con peligro a la meta de Lux. Con robos cerca del área y disparos desde la frontal llegó el córner que volvía a dar ventaja al Celta. Un gran centro de Kronh-Dehli que conseguía rematar Larrivey anticipándose a Lux. Un testarazo potente que acababa dentro de la red visitante.

El Celta pudo aumentar la renta, pero no fue capaz de volver a anotar un tanto. Así llegó a falta de dos minutos el penalti que le daba la posibilidad de volver a empatar al Deportivo. Una subida de Sidnei que sorprendió a toda la defensa acabo en una mano clara de Cabral a centro del central brasileño.

Haris Medunjanin, el bosnio sería el encargado de tirar la pena máxima. Con las protestas sería la última jugada del partido, no habría tiempo para más. Fue en ese momento donde apareció el verdadero héroe. Sergio Álvarez se hizo grande parando el disparo a media altura del mediocentro blanquiazul. Balaídos estalló de felicidad. Con una ovación cerrada al ‘Gato de Catoira’ acabó el partido.

Siete años de penas y de derbis perdidos tuvieron que pasar hasta que los aficionados celestes pudieran volver a celebrar una victoria de los suyos. No se podía imaginar una mejor manera, con un canterano siendo el verdugo del máximo rival. Ahí comenzaba la leyenda de Sergio Álvarez en el Celta. Un portero que hasta esta temporada ha sido el seguro de vida del Celta, salvando en muchas ocasiones al equipo, y llevándolo hasta una semifinal de UEFA Europa League y de Copa del Rey.