Carlos Castro llegó al primer equipo tras destacar en el filial por su olfato de gol y calidad de cara a puerta, dejó goles que emocionaron a más de uno en El Molinón y fue uno de los jugadores más queridos entre las gradas rojiblancas y artífices del inolvidable ascenso de 'los guajes'.

El joven delantero asturiano se estrenó la pasada jornada como goleador marcando el primero de los tres goles que haría el Real Sporting ante el Córdoba. El mierense empezó el partido como titular y rindió, volvió a verse al Carlos Castro con hambre y garra que siempre mira a puerta, y lo más importante, volvió a marcar un gol, pudo volver a celebrar un tanto con la grada del estadio gijonés.

Empezó la temporada tras un verano muy movido, y viéndose una vez más con una dura competencia para su puesto, pues volvía Stefan Scepovic. Castro no saltó al campo como titular hasta el partido contra el Reus, en Copa del Rey, y en Liga hasta la décima jornada, pero apenas se acercaba a puerta, parecía que el delantero estaba gafado, los demás atacantes le superaban, y a pesar de tener minutos en casi todos los encuentros, el delantero no lograba coger la confianza que le faltaba para meter balones en las redes contrarias.

Carlos Castro destacaba en campañas pasadas porque siempre que salía al campo "pasaba algo", el equipo miraba más a puerta y recibía una gran aportación en ataque, pero su trayectoria se vio frenada y ya no era el delantero matador de otras ocasiones, quizás por la presión, quizás por la falta de continuidad, son muchos los motivos que se dieron para que bajara su rendimiento, sobre todo en la presente temporada, en la que tras cinco meses al fin logró volver a sentir la alegría y la plenitud de marcar un gol en casa y celebrarlo con afición y compañeros.

Quién sabe si Rubén Baraja sea el que vuelva a reactivar al delantero y pueda llevar al Sporting a lo más alto, pues el jugador ha disfrutado de minutos en dos de los tres partidos dirigidos por el técnico vallisoletano.

El fútbol siempre es imprevisible, y es precisamente por este motivo por el que puede que se vuelva a ver a una de las perlas de Mareo haciendo las delicias del respetable y volviendo a brillar, con constancia, trabajo y humildad, porque Carlos Castro hace mucho tiempo que vive un idilio con el gol, aunque haya bajadas en número, los goles siempre vuelven.