El Almería volvió a la senda de la victoria cuando más lo necesitaba. Enfrente tuvo a un Sevilla Atlético que llegó al Mediterráneo con el buen fútbol de sus muchachos por bandera y con la tranquilidad que otorga saberse prácticamente salvado.
Los locales, por su parte, eran conscientes de que, tal y como se había dado la jornada, un triunfo era capital para sus aspiraciones y así lo demostró desde el inicio un Luis Miguel Ramis que puso en liza un once netamente ofensivo con hombres como Uche, Pozo, Quique o Fidel.
Precisamente, de una jugada entre dos de ellos, nació el primer gol del encuentro, anotado por el delantero nigeriano en una acción característica que muy pocos son capaces de llevar a cabo. El de Aba sí lo logró y dio a su equipo el resuello suficiente como para que se fuera al descanso con una ventaja momentánea que, si bien no le iba a valer para salir de los puestos de descenso, sí le hacía continuar en la pelea y poner tierra de por medio con sus más inmediatos perseguidores.
Tras el tiempo de receso, el Sevilla Atlético, espoleado por la necesidad de replicar el tanto local, gozó de una mayor posesión del esférico y de ocasiones como para haber puesto las tablas en el luminoso, destacando un disparo desde la frontal de Alejandro Pozo que a punto estuvo de acabar en el fondo de las mallas.
El Almería se encomendó, entonces, al arte del contragolpe y aguardó un error del rival o un momento de lucidez de sus hombres de ataque, el cual llegó en el minuto 70, cuando un despeje de Ximo Navarro le llegó a Quique, que, con un control orientado, se deshizo de su marca y filtró un pase medido a Fidel para que el onubense pusiera el 2-0.
Solo un gol de Carrillo en el minuto 90 turbó la paz de los del Mediterráneo, que acabaron echándose al zurrón tres puntos que le mantienen inmersos en la porfía por alejarse del descenso a Segunda B.
