Actualmente Haas ocupa el octavo puesto en el mundial de constructores con tan solo 11 puntos, los 11 obtenidos por parte de Kevin Magnussen, resultados muy pobres para un equipo que ha tenido el cuarto mejor coche en parrilla prácticamente en las cuatro carreras disputadas. Errores de pilotaje como el último accidente de Grosjean, o de equipo con el caso de las pistolas en los pit stops en Australia, han hecho que los americanos ocupen un lugar mucho peor del esperado.

Bakú se le atragantó al equipo Haas, rompiendo la tónica de los Grandes Premios anteriores. Kevin Magnussen terminó undécimo después de haber salido decimoquinto en la parrilla de salida. Los estadounidenses estuvieron por primera vez detrás de equipos como Force India, Williams, e incluso un Sauber en clasificación; y en carrera las cosas no mejoraron, ya que el danés acabó el último de los pilotos en pista a más de 40 segundos del ganador a pesar de haber salido el safety car a pocas vueltas del final, fin de semana para olvidar.

En declaraciones a la web del equipo Magnussen reflexiona sobre el pasado Gran Premio y afirma querer olvidar Azeirbayán y aprovechar Montmeló, un circuito que conoce a la perfección. “Siempre es bueno tener muchos datos sobre cualquier circuito. En Barcelona, todos los equipos tienen una gran cantidad de datos, así que eso no nos da una ventaja. Significa que podemos sentir más confianza con nuestra configuración inicial y entonces solo tenemos que ajustarlo según ha evolucionado la pista desde los test invernales".

"Aunque hemos tenido altibajos y hemos perdido algunas oportunidades este año, el rendimiento del coche ha sido consistente. Hemos estado luchando casi en cada carrera por ser el cuarto o quinto mejor equipo. Quizás estuvimos un poco más atrás en Bakú, pero sin contar eso hemos podido luchar por ser el cuarto equipo. Solo tenemos que conseguir los puntos que podemos sumar con el potencial del coche”, concluyó

Si parecía difícil empeorar lo hecho por Magnussen, Grosjean lo hizo. El piloto francés rompió la caja de cambios de su Haas en una pasada de frenada en la Q1 que le costó salir último. En carrera consiguió mantenerse en los puntos hasta que un error inútil cuando calentaba los neumáticos bajo el safety car le hizo estamparse contra el muro y destrozar su carrera, un nuevo desastre para él en un mundial en el que con uno de los mejores coches de la parte media todavía no ha conseguido puntuar.

Grosjean por su parte quiso sacar el lado positivo de Bakú y valoró positivamente el reasfaltado del circuito. “La parte más importante es la carrera del domingo. Bakú demostró que puedes tener una clasificación difícil, pero puedes recuperar en carrera. Barcelona es un circuito difícil para adelantar, por lo que siempre es más fácil tener un fin de semana a un nivel similar”

“Me gusta el reasfaltado de Barcelona. Ahora hay más grip que antes. Mi parte favorita del circuito son las curvas 1, 2 y 3. Siempre tengo buenas sensaciones ahí. La principal diferencia está en las curvas 1 y 2. Ahora llegamos con más velocidad que antes. Es similar en las curvas siete y nueva. El último sector es un poco más divertido. Conseguí mi única vuelta rápida en Barcelona. No siempre ha sido un gran circuito para mí”, explicó

Barcelona será la que incline la balanza hacia arriba o hacia abajo para la escudería americana. Mclaren y Renault traerán muchas piezas nuevas, y en Haas deberán demostrar que pueden estar a la altura, tanto los ingenieros como los pilotos.