Primero tuvo que renunciar al US Open. Después, anunciar que no volvería a jugar en lo que quedaba de temporada y ahora se ha visto obligada, nuevamente, a retrasar su vuelta a las pistas. Victoria Azarenka tampoco podrá estar en Auckland (Nueva Zelanda), torneo que abre la nueva temporada, por la misma razón que la tiene sin jugar un partido desde el pasado mes de julio.

La disputa legal que mantiene con su exmarido por la custodia de su hijo Leo impide a la ex número uno del mundo abandonar su lugar de residencia, California, hasta que se resuelva el litigio. La bicampeona del Open de Australia en los años 2012 y 2013 comunicó este pasado domingo a la organización del evento, al que iba a acudir en calidad de invitada, que no podría asistir por razones personales.

El director del mismo, Karl Budge, lamentó la baja de la bielorrusa pero entiende y apoya sus razones esperando que pueda volver en 2019. "Obviamente está pasando por un momento difícil y desafortunadamente el resultado de todo esto es que Victoria no va a poder estar aquí la semana que viene. Es una decisión difícil para ella porque ha estado trabajando muy duro. Es una profesional que quiere volver a jugar al tenis", declaró. 

Tras esta decisión, la presencia de la actual 210 del ránking de la WTA en el primer Grand Slam del año, el Open de Australia, se antoja muy complicada. El torneo comienza el próximo 15 de enero y la bielorrusa, al igual que en Auckland, se dispone a acudir gracias a una invitación. Ahora todo parece indicar que la presencia en Melbourne se ha convertido en una misión casi imposible para una jugadora que sólo ha disputado dos torneos, Mallorca y Wimbledon, en los últimos 18 meses de competición.