La segunda jornada del Abierto 250 de Montpellier traía consigo la puesta en acción de la mayor parte de la armada francesa. El primero de ellos en saltar a la pista era Jeremy Chardy, que tenía un duro compromiso ante el joven griego Stefanos Tsitsipas. Tras más de dos horas de encuentro y con remontada incluida, el francés daba la primera alegría a la afición local con su victoria (4-6, 7-5, 7-5).

Se esperaba un duelo donde los saques llevaran la voz cantante, y así fue en el primer parcial. La igualdad era máxima y solo el griego concedió una opción de rotura a lo largo del set. Sin embargo, Chardy no pudo contener la presión con el 5-4 y cedió su saque y a la vez el set con un juego lleno de errores.

Tsitsipas se encontraba con un set a su favor y empezó a dominar mucho más el juego, haciendo sufrir a su rival con su movilidad desde el fondo de la pista. Ante esta ofensiva, el francés se agarraba a su servicio para sobrevivir en el partido. En el sexto juego, Chardy salvó dos bolas de roturas que hubieran supuesto un escollo ya insalvable. En este segundo set se volvió a llegar a los momentos clave con todo por decidir, y esta vez fue el francés quien estuvo mucho más acertado. Con empate a 5 consiguió romper el servicio de Tsitsipas para posteriormente llevar el partido al tercer set.

El tercer parcial fue un auténtico cara o cruz. Una vez más se volvía a llegar a los juegos finales con todo igualado. Chardy consiguió una rotura que parecía ser definitiva, colocándose con 5-4 y sacar para cerrar el encuentro. Sin embargo, Tsitsipas fue capaz de devolverle la rotura cuando ya no había margen de error, pero posteriormente volvería a entregar su servicio a un Chardy que, esta vez si, conseguía cerrar un duro partido para así adjudicarse la primera victoria para él en este curso.

Tras esta victoria, el francés se verá las caras en segunda ronda con otro de los jóvenes talentos del circuito, el ruso Andrey Rublev, que ayer se deshizo en dos mangas del español Guillermo García-López (6-4, 6-4).