Después de una fantástica gira de tierra batida, con título en Munich y Madrid y estando a punto de dar la campanada en la final de Roma ante el rey de la arcilla, Rafa Nadal, el número tres del mundo, el alemán Alexander Zverev, se presenta en París después de haber perdido el año pasado en primera ronda frente a Fernando Verdasco y con la espinita de no haber superado nunca los octavos de final en ningún Grand Slam y de no haber ganado a ningún Top50 en los majors. Este año tiene una gran oportunidad en Roland Garros de poder sobrepasar esa barrera.

Zverev podría encontrarse con Rafa en una hipotética final, pero el alemán prefiere ser cauto y ir paso a paso. "No voy a decir: 'voy a jugar contra Rafa en la final'. Mi pensamiento es el del partido a partido. Es un torneo muy largo, aunque es cierto que ha sido una temporada increíble en tierra para mí. Ganar tantos partidos entre Munich, Madrid y Roma es genial antes de llegar aquí", aseguró Sascha, que debutará en primera ronda ante el lituano Ricardas Berankis, el 92º del mundo.

Zverev está en la parte del cuadro donde están los rivales más duros, como Thiem, Nishikori o Djokovic. "Hay muchos grandes jugadores aquí como Rafa, Novak, Nishikori y más. Ellos están recuperando lo mejor de su juego. Creo que será un torneo muy interesante", apuntó el jugador de 21 años.

El tenista oriundo de Hamburgo lidera esa nueva generación de tenistas que están llamados a liderar el tenis mundial en los próximos años, pero Zverev no quiere que los etiqueten como el "futuro" del tenis, sino como el presente. "No nos deben considerar más una nueva generación. Soy el número tres del mundo ahora. Por ejemplo, Denis Shapovalov está en camino. Creo que será seguro top10", concluyó.