Novak Djokovic sigue demostrando que es el máximo favorito al título en el Masters 1000 de Shanghái. El serbio tenía un difícil compromiso en cuartos de final frente a Kevin Anderson. La dificultad del partido era aún mayor teniendo en cuenta que las condiciones de la pista favorecían el juego del jugador sudafricano. Pero una vez más el tenis de Belgrado volvió a imponer su ley para imponerse por la vía rápida (7-6(1), 6-3).

Djokovic empezó el partido muy activo al resto, consiguiendo incomodar el poderío al saque de Anderson sobretodo cuando el sudafricano tenía que jugar con segundo saque. Tras salvar una bola de break en el quinto juego, el tenista de Johannesburgo dio con la tecla para empezar a cambiar la dinámica de partido. Ahora era Djokovic el que tenía más problemas para sujetar la potencia de los golpes del sudafricano. Las fuerzas se igualaron y en la parte final del primer set llegó el juego clave del partido. Con 6-5 a su favor, Anderson encontró la primera bola de rotura del partido, que a la vez era bola de set, pero el serbio consiguió salvar la situación. Finalmente en el desempate no hubo color y el actual número 3 del mundo no dio ninguna opción a su rival.

El arranque del segundo set terminó de sentenciar las opciones de Anderson, que ganó solamente dos puntos en los tres primeros juegos y vio como Djokovic se escapaba peligrosamente hacia la victoria. De ahí al final, poco más pudo hacer el jugador sudafricano, que estuvo más cerca de encajar un segundo break ante el excelente nivel mostrado por su rival, que acababa cerrando el encuentro en la tercera bola de partido y tras una hora y 45 minutos de juego.

El serbio buscará un lugar en la final ante otro de los jugadores que mejores sensaciones está dejando en Shanghái, Alexander Zverev. El alemán fue el encargado de abrir la jornada ante el británico Kyle Edmund, al que doblegó por un doble 6-4.