Con más facilidad de la prevista, Donna Vekic está a punto de culminar su mejor semana como tenista profesional. La croata, número 30 del ránking WTA, se ha plantado en la final del torneo de San Petersburgo (Rusia), de categoría Premier y que reparte 823.000 dólares en premios, tras otra gran exhibición ante la local Vera Zvonareva, a la que ha dejado sin su primera final desde 2011 tras endosarle un contundente doble 6-2 en poco más de una hora de juego. 

Tras dejar fuera de combate en el día de ayer a la vigente campeona, la checa Petra Kvitova en los cuartos de final, la octava favorita del cuadro tampoco tuvo piedad de la veterana Vera Zvonareva, exnúmero dos del mundo y que buscaba regresar a una final en el circuito WTA por primera vez en ocho años. La tenista local se topó ante una versión demoledora por parte de la croata, que mantuvo su firmeza con el primer servicio dejando escapar solamente cuatro puntos con su mejor golpe, un 86% de efectividad. El encuentro no tuvo mucha más historia. Dos roturas de saque en cada manga para un inapelable doble 6-2 final en sólo 70 minutos de juego.  

De este modo, la jugadora croata, nacida en la localidad de Osijek hace 22 años se medirá a la holandesa Kiki Bertens, número ocho del mundo y segunda cabeza de serie, en busca del que sería su tercer título como profesional, tras los de Kuala Lumpur y Nottingham en 2014 y 2017, respectivamente, y el más prestigioso, puesto que nunca antes había llegado a una final de un torneo Premier. Además, su rival de mañana no es que le traiga malos recuerdos a la croata, todo lo contrario. Se ha medido en cuatro anteriores ocasiones a Bertens, con tres victorias para Vekic por una sola de la de Wateringen, incluida la última este mismo año en el primer evento del año, Brisbane