No hay quien tosa a Daniil Medvedev en Montreal. El ruso, que está cuajando una sensacional temporada, mantiene puesto el piloto automático en el Masters 1000 canadiense, torneo en el que se acaba de garantizar un puesto en las semifinales tras otra exhibición, esta vez ante todo un número cuatro del mundo y campeón este año en Indian Wells, el austríaco Dominic Thiem, al que, sin embargo, hoy le faltó chispa y resistencia, tanto a nivel mental como físico, para contener el vendaval de un rival en alza como el ruso. En apenas 56 minutos, el actual número nueve del mundo no hizo ninguna concesión al reciente vencedor en Kitzbühel y lo derrotó por un claro 6-3 y 6-1 en un choque en el que se mostró superior de principio a fin. 


Los números lo dicen todo: Medvedev, 18 golpes ganadores y ocho errores no forzados. Thiem, en cambio, acabó con nueve y 21, respectivamente


Y lo hizo, precisamente, porque Daniil Medvedev se ha convertido en uno de los jugadores más difíciles de batir en estos momentos en una pista de tenis. Con una gran polivalencia en todos sus golpes y habiendo logrado ese tan preciado equilibrio entre el ataque y la defensa, el moscovita es un auténtico muro desde el fondo de pista, siendo una misión casi imposible desbordarlo, máxime si tampoco tienes la frescura física idónea para ello.

Tarde o temprano tenía que llegar. El desgaste de la semana pasada en su tierra natal, unido también a los dos duros encuentros que ha tenido que sacar adelante en Montreal han acabado por pasar factura al bueno de Dominic. Sin piernas ni confianza para hacer frente a la batalla que se le avecinaba en el día de hoy, el austríaco no compitió en ningún momento, dejándose llevar y siendo apabullado en menos de una hora. Esto tampoco tiene que quitar mérito al partidazo de Medvedev, muy sólido y sin bajar su nivel durante todo el choque. 

El partido se inclinó de su lado desde el juego inicial, donde el pupilo de Gilles Cervara logró el primero de los cuatro 'breaks' que obtuvo. Con esa ventaja, su potente servicio hizo el resto. En el total del partido, Medvedev solamente se dejó siete puntos con su saque, tres en el primer set y otros cuatro en el segundo. Con esas estadísticas y ya con un 'break' en el bolsillo, el set ya tenía dueño. Aunque Medvedev no quiso esperar al servicio para apuntarse esta primera manga, puesto que la cerró con otra rotura poniendo el 6-3 que se ajustaba más a la realidad. 

Si ya se había mostrado muy superior en el primer parcial, el segundo directamente fue un entrenamiento con público para el de Moscú. Lo único que pudo hacer un derrotado Thiem es sacar algo de orgullo y evitar el rosco, aunque ya cuando la situación era insalvable con un esclarecedor 5-0 en su contra. Medvedev concedió ese último deseo a su rival justo antes de poner fin al encuentro por 6-1 y agarrar su billete para sus primeras semifinales en Montreal, las segundas en un Masters 1000 tras las que alcanzó en Montecarlo durante el pasado mes de abril.

Allí, la presión le pudo en exceso cayendo con facilidad ante el serbio Dusan Lajovic. Mañana tendrá una nueva oportunidad de pisar por vez primera una final en un torneo de esta índole. Para ello, primero tendrá que esperar a conocer su rival, que saldrá del duelo que disputarán a continuación su compatriota Karen Khachanov y el alemán Alexander Zverev, cabezas de serie número seis y tres del cuadro, respectivamente.