Bajo el cielo gris de la pista Simonne-Mathieu, en el primer turno de la novena jornada de competición, iba a tener lugar un encuentro que, sucediese lo que sucediese, sería histórico para la jugadora que se llevase el partido, pues significaría que habrían logrado, hasta el momento, su mejor marca en el certamen parisino y en un Grand Slam.

La revelación del torneo, junto con la polaca Iga Swiatek (que apalizó a SImona Halep), la española Paula Badosa y la tenista alemana de 32 años Laura Siegemund, buscaban colarse entre las ocho mejores de este tercer y último major de la temporada. La alemana, quizás, pocas veces podría verse en una situación como esta. Por el contrario, esta podría ser la primera vez de muchas que se vea a Paula Badosa en rondas finales en torneos de este calibre.

Como el gran Houdini, Siegemund escapa de la trampa

Se esperaba un duelo meramente atractivo. Paula es una jugadora de grandes golpes y con gran capacidad de abrir ángulos. Siegemund, por su parte, goza de una grandísima solidez desde el fondo de la pista y un talento innato para variar el juego a base de golpes cortados y para la dejada, un recurso que la permite ganar muchos puntos y minar a sus rivales.

La alemana buscó precisamente eso en los primeros compases del encuentro. Ante la gran solidez de la española, Siegemund buscó acortar los puntos, algo que la fue dando sus frutos. Sin embargo, Badosa, a base de tiros largos y potentes fue impidiendo que los puntos se acortasen y poquito a poco fue llevándose el partido a su terreno, lo cual provocó errores en la tenista germana.

Laura Siegemund | Foto: Roland Garros
Laura Siegemund | Foto: Roland Garros

Badosa logró quebrar el saque de Siegemund por segunda vez en el set y se colocó con servicio propio para adjudicarse la primera manga. En una gran muestra de talento, la germana se escapó, igualó el partido y finalmente se guardó en el bolsillo el primer parcial tras romper por tercera vez el saque de una Badosa a la que se la veía con ciertos síntomas de cansancio y que acababa de recibir un palo muy duro.

Paula lo luchó, pero Siegemund sentenció

El guión en los primeros compases del segundo set apenas cambió. La española, algo abrumada por la montaña rusa de emociones vivida anteriormente, no supo recomponerse en estos instantes iniciales y la alemana asestó un nuevo golpe nada más iniciarse el segundo parcial. Por si fuera poco, Paula requirió la presencia de la fisioterapeuta debido a unas molestias en la zona de la espalda, en el músculo del piramidal.

Pese a ello, la española se mantuvo a flote después de estar por momentos al límite y con el agua al cuello. Todo ello consciente de que un segundo break en contra, sería prácticamente definitivo para sus aspiraciones en el partido. Ello creaba cierta crispación en una Siegemund que observaba cómo estaba cerca, pero a la vez tan lejos. Aún así, cuando era necesario, Siegemund sacaba su veteranía a relucir.

Laura Siegemund | Foto: WTA
Laura Siegemund | Foto: WTA

Tras luchar teniendo en contra prácticamente todo lo posible, la resistencia de Badosa llegó a su fin, y por consiguiente su más que meritoria participación en este Roland Garros que por supuesto, jamás olvidará.  Pasada la hora y media de partido, Laura Siegemund se colaba en los cuartos de final de Roland Garros y de un Grand Slam por primera vez en su carrera tras vencer 7-5 y 6-2 y citarse con la checa Petra Kvitova.