Son muchos los títulos y los objetivos que Novak Djokovic ha conseguido alcanzar a lo largo de su carrera.  Con un juego completo, una enorme variedad de golpes, un revés superlativo y una mentalidad envidiable, el serbio se metió dentro de los mejores jugadores de todos los tiempos al superar todo tipo de obstáculo y consolidarse en la élite del tenis en un momento en que Roger Federer y Rafael Nadal eran los dueños del circuito. Poco a poco, el nacido en Belgrado fue irrumpiendo esa monotonía y fue ganándose un lugar en lo más alto del deporte.

‘Nole’ pudo con todo, y se llevó a su vitrina nada menos que doce títulos de Gran Slam, siendo superado solo por Pete Sampras, Rafael Nadal y Roger Federer. Como si esto fuera poco, se proclamó el máximo ganador de la historia de Masters 1000 al alcanzar los 30 torneos de dicha categoría y fue capaz de terminar en la cima del ranking mundial en cuatro temporadas.

Sin embargo, a pocos días de comenzar el primer torneo de Masters 1000 de la temporada, puede decirse que Novak Djokovic  se encuentra en el momento más apático de su carrera y  está  inmerso en un mar de dudas e incertidumbres que no le permiten recuperar su nivel habitual y desplegar en cancha el tenis que iluminaba y exaltaba a los aficionados del deporte. No todo es color de rosas para el serbio y los resultados cosechados desde el pasado año no le han sido muy favorables.

La final con Andy Murray en Roland Garros 2016, marcó un antes y un después en el tenis del serbio: luego de haber conseguido su tan ansiado título en París y completar el Grand Slam, Djokovic no fue el mismo y la invulnerabilidad que poseía comenzó a quedar de lado. Sorprendentemente, desde aquel torneo, el actual número dos del mundo consiguió solo dos títulos (Toronto y Doha) y ha sido eliminado por rivales muy inferiores a él en reiteradas ocasiones.

¿Será que Novak se creyó imbatible y su motivación por jugar decayó?  ¿Habrá cumplido todos sus objetivos y eso produjo un relajo? Estos interrogantes no lo sabremos. Lo que sí consta es que Djokovic no atraviesa un buen momento tenístico y cada vez está más propenso a las derrotas. Las propias declaraciones del serbio en el año pasado, hace pensar que el serbio no está con la misma concentración de años anteriores y él mismo se encargó de dejar en claro que su prioridad máxima no es el tenis. En un deporte en que la parte psicológica juega un papel fundamental para conseguir buenos resultados, no estar metido de lleno puede producir situaciones adversas y trasladarse en malos desempeños dentro de la pista.

“Ya no quiero ni pensar ni hablar más del número uno, ni tampoco de ganar torneos o Grand Slam”, apuntaba el serbio en septiembre de 2016. “Quiero recuperar el placer por jugar”, es otra de las  frases del serbio que asombraron y repercutieron en los seguidores de siempre. Boris Becker también se encargó de dejar en claro que Novak no está entrenando lo suficiente y a costa de ello, decidió apartarse de su cuerpo técnico.

A pesar de este mal pasar y de resultados negativos, Novak Djokovic tendrá la oportunidad de despertarse y reencontrarse con su mejor juego en Indian Wells, torneo que ha ganado en cinco oportunidades y se ha convertido en el máximo ganador de la historia del torneo disputado en el Estado de California.  

El serbio fue capaz de embalar  desde 2014, tres títulos de formas consecutivas. En 2014, Djokovic se convirtió en el verdugo de Federer y lo venció en la final por 3-6, 6-3 y 7-6. Al siguiente año, Novak volvió a sacar a relucir su mejor tenis y dejó en claro que el Masters de Indian Wells le asienta a la perfección. Otra vez, la víctima fue el campeón de 18 Gran Slam, Roger Federer, quien no pudo ante el gran serbio y cayó en el set definitivo. En 2016, Novak siguió por el sendero de la victoria y volvió a gritar campeón en tierras estadounidenses. Esta vez, la final se la ganó al canadiense Milos Raonic en un sencillo partido que se quedó por 6-0 y 6-2.

Sin embargo, el nivel mostrado en la actualidad por Djokovic no es similar al de aquellos años y ya la invulnerabilidad ha quedado a un costado. Por otra parte, el tenis se encuentra hoy en un proceso de cambio: con la irrupción de talentosos jugadores como Grigor Dimitrov, Alexander Zverev, Lucas Pouille y Dominic Thiem en lo más alto del circuito y con la aún vigencia de Roger Federer, Rafael Nadal y Andy Murray, el tenis se ha hecho más equilibrado, menos predecible y el big four es sorprendido constantemente en diferentes eventos.

Teniendo en consideración estos datos previos, ¿Novak Djokovic podrá continuar su tradición en Estados Unidos? ¿Está en condiciones de conseguir su cuarto título consecutivo en Indian Wells o alguien se lo impedirá?