El sudafricano Kevin Anderson, tras la lesión que padeció el año pasado en su rodilla izquierda que le hizo caer hasta el puesto 80, no pensaba que iba a ser capaz de recuperar tan rápido su mejor nivel (fue en octubre de 2015, donde entró por primera vez al Top-10), y es que en este 2017, el jugador africano se ha convertido en una de las revelaciones tras alcanzar dos finales, en Washington y en el US OPEN, y situarse el número 14 en el ránking ATP. Estuvo a punto de entrar al Masters de Londres, pero unos malos resultados a final de temporada le privaron de disputar el Torneo de Maestros por primera vez en su carrera.

La evolución de Kevin ha sido muy notable, y desde hace tiempo se le veía con un buen futuro en la ATP. Es un jugador altísimo (2,03 m), con un gran saque y una derecha potente. Siempre ha manifestado que su superficie favorita es la pista dura. Ha conseguido tres títulos ATP. El primero, en 2011, en Johannesburgo (Sudáfrica), en el torneo de su país natal. El segundo, lo consiguió en Delray Beach (2012). Por último, en 2015 levantó en Winston-Salem su última presea, año en el que se convirtió en el primer sudafricano en irrumpir en el Top-10, desde Ferreira en 1997. Sin embargo, no corrió tan buena suerte en el 2016, donde se tuvo que bajar de ocho torneos y retirarse en dos ocasiones debido a la rodilla izquierda, lesiones en el hombro y tobillo izquierdo. Esta situación le hizo descender a la posición 70 del ránking.

Mal inicio de temporada

En enero de 2017, continuó su lesión, lo que le hizo bajarse de Brisbane y del Abierto de Australia, y cayó al puesto número 80 (su ránking más bajo desde 2010). Disputó Memphis y Delray Beach, con derrotas en primera ronda. Su primera victoria en 2017 tuvo lugar en Indian Wells, donde derrotó fácilmente a Federico Gaio, pero cayó ante Steve Johnson en segunda ronda, misma ronda que alcanzó en Miami, tras ganar a Lajovic y perder ante Nishikori.

Mejoría en tierra y escasa participación en hierba

Tras un mal comienzo de año en su superficie favorita, llegó la temporada de polvo de ladrillo y con ella, mejores resultados. Aunque cayó ante Verdasco en Houston en su primer partido, llegó a la gira europea de tierra batida, donde alcanzó tercera ronda en Barcelona, tras derrotar a Berlocq y Ferrer, pero se vio frenado por Rafa Nadal. A la semana siguiente en Estoril logró vencer a Caruso, Domingues y Gasquet, para alcanzar las semifinales, donde Muller le eliminó. En Roma tuvo que disputar la fase previa.

Tras vencer a Vanni y a Escobedo, entró al cuadro principal, donde le tocó enfrentarse en primera ronda al futuro campeón del torneo, Alexander Zverev. Aún así le puso las cosas difíciles y consiguió hacerle un set. A la semana siguiente, en Genova, alcanzó los cuartos de final, donde cayó ante Nishikori. Llegó Roland Garros, donde no realizó una mala participación, derrotando a Jaziri en primera ronda; en segunda dando la sorpresa tras eliminar a Kyrgios; y en tercera ganando en cinco sets a Edmund. Sin embargo, en cuarta ronda se tuvo que retirar ante Cilic. La temporada de hierba fue visto y no visto, disputando solo dos torneos: en Eastbourne, donde cayó en segunda ronda ante Gasquet; y Wimbledon, donde tras vencer a Verdasco, Seppi y Bemelmans, fue frenado en cuarta ronda por Sam Querrey.

Excelente regreso a la pista dura

Tras la notable mejoría en arcilla y césped, llegó el retorno a su superficie favorita, la pista dura. No pudo comenzar de mejor manera esta temporada, y alcanzó la final en el torneo de Washington, dejando por el camino a Jaziri, Thiem, Bhambri y Sock. En esta final, fue derrotado por Alexander Zverev tras un doble 6-4. En Montreal, derrotó a Sela, Carreño y Querrey, para caer en cuartos de final de nuevo ante el pequeño de los Zverev. En Cincinatti cayó sorpresivamente ante Dolgopolov en primera ronda.

Una tempranera derrota que pasó desapercibida tras el espectacular siguiente torneo que realizó, y es que por primera vez en su carrera alcanzó la final de un Grand Slam. En el US Open, se deshizo de Aragone, Gulbis, Coric, Lorenzi, Querrey y en las semifinales a Pablo Carreño, para llegar a la gran final frente a Rafa Nadal, donde fue derrotado por 6-3, 6-3 y 6-4. Con esta gran actuación, entró a la pelea por ir a Londres. En la gira asiática no logró buenos resultados, y cayó en segunda ronda en Tokyo y en Shanghai, por Harrison y Struff, respectivamente.

Estocolomo era una buena oportunidad para llegar lejos, pero Verdasco le derrotó en cuartos. Viena y París fueron sus últimas opciones, pero no consiguió ganar un solo partido, y se vio superado por García-Lopez y de nuevo por Verdasco; por lo que se puso fin a una irregular temporada, que empezó de muy mala manera, poco a poco fue mejorando y alcanzó dos finales, aunque finalmente volvió a bajar su rendimiento. A pesar de todo, Kevin Anderson acabó el 2017 en el puesto 14 del mundo, algo que parecía impensable a comienzos de año, cuando tras las lesiones rondaba el puesto 80.